Dolores Miranda y Francisco Blanco, veteranos dentro del programa, llevan 27 años participando con "Vacaciones en paz" en el que diferentes niños saharauis son acogidos por familias de la zona durante los meses de julio y agosto gracias a la colaboración económica de la Xunta y el apoyo de los concellos. En esta ocasión alojan a tres niños en su casa, dos de los cuales (Mohamed y Abdala, de 12 y 10 años respectivamente) son hermanos, además de hijos de la cuarta niña que tuvieron con ellos. También acogieron a Maluma, de 9 años, que venía por primera vez, y también resulta ser la hermana de la segunda niña que estuvo en su casa.

Así todos terminan estando conectados de alguna manera, de tal forma que los pequeños conocen el ambiente y las personas con las que se van a alojar y vivir esos dos meses. Los niños llegaron el pasado sábado, algunos de ellos repitiendo la experiencia otro año más y reencontrándose con las familias que ya los habían acogido anteriormente. Otros, sin embargo, viajaban hasta aquí por primera vez en su vida y están en proceso de adaptarse al nuevo ambiente.

Bseri, de 12 años,que se encuentra con Dolores y Francisco, es el hermano de la última niña que se alojó con ellos. Al pequeño no le tocaba venir en esta ocasión, pero a los niños cuyos padres son, por ejemplo, presos de guerra,se los recompensa con esta oportunidad. De esta manera, hacen honor al nombre del programa "Vacaciones en Paz", ya que logran brindarles una gran felicidad y la oportunidad de una verdadera tranquilidad a los pequeños.

Son más las familias que acogen a los niños saharauis, como Carmen Otero, que ha acogido al joven Abdesalan, Rosa García que aloja a Aiman en Donaio, o con Lorena Gómez, que tendrá a una niña llamada Elaza en su casa durante estos dos meses.

Las familias coincidián al decir que durante esos dos meses les rompen los esquemas completamente. Afirmaban también que trataban a los niños como si fueran sus propios hijos, siempre pendientes de ellos pero no en extremo. Aunque el mayor problema con el que se encuentran las familias cuando llegan los niños es la barrera que el idioma les impone. La mayoría no controla el castellano y se limitan al "sí" y "no". Los que repiten varios años lo dominan un poco, pero sigue siendo costoso. En el primer año los pequeños son como esponjas, absorviendo todo lo que ven y escuchan,de tal forma que, cuando vuelven, controlan mejor la situación en la que van a vivir.

Cada niño reacciona de manera diferente a la experiencia, contaban las familias, es normal que la mayoría llore al comienzo. Depende también del carácter de cada niño, ya que algunos se terminan por adaptar mejor que otros. Dolores y Francisco destacaban el carácter de la pequeña Maluma, que no tardó nada en conseguir gobernar al resto, y el de Mohamed que, tras cuatro años en el programa, es todo un teatrero.

Aunque las familias de acogida se encuentran pendientes de los padres biológicos y están en contacto con ellos, son los encargados de tomar las decisiones correspondientes a los niños durante los dos meses que se encuentran junto a ellos como sus responsables.