La Praza Massó se convirtió durante 12 horas en la capital juvenil de Bueu. Allí se centraron todas las actividades de un festival MozArte dirigido a los más jóvenes, y en el que se presentó una amplia variedad de iniciativas que iban desde los juegos de rol, a la lectura de cómics, la danza o la música. Hubo espacio para todo el mundo, incluso para aquellos que buscaban las novedades editoriales en el mundo del cómic gracias a la exposición de cuatro librerías (las buenenses Abrente, Marpau y Miranda, además de la especializada canguesa Wells).

Los más activos pudieron ver la exhibición del grupo de baile moderno Sara Estévez o de la gimnasia artística y acrobática del Club de Ximnasia de Pontevedra. Pero también hubo un obradoiro para jugar al Infinity a cargo de la empresa Corvus Belli y otro impartido por Joshua Acuña en el que se mostraron técnicas básicas para realizar cómics. Asimismo, los más lanzados tomaron las armas para poder practicar jugger, modalidad nacida de la película Sangre de héroes y que combina rugby y esgrima, aunque sin técnicas violentas.

Ya por la tarde se repitió el obradoiro de cómic y de nuevo una exhibición de jugger, que despertó la curiosidad de las decenas de visitantes que tuvo el festival a lo largo de la jornada de ayer. El momento para la música llegó en el atardecer, con más de cuatro horas de conciertos que llevaron al público hacia la madrugada. Los protagonistas fueron cuatro bandas locales que se alternaron en el escenario durante este tiempo. Comenzaron los Combo Escola do Valado para dar paso a Tom. The Water Parties tomó la iniciativa posteriormente y The Dragon Wave fue el encargado en echar el cierre a una edición de MozArte que confirmó su espíritu participativo y su deseo de haber llegado para quedarse durante muchos años.