"É imposible acabar en dous días cun problema que xa ten moitos anos, pero estamos dando pasos concretos para arranxalo, dentro das nosas posibilidades", afirmó el alcalde de Cangas, Xosé Manuel Pazos, tras reunirse, ayer, con la directiva de la asociación de vecinos Santiago Apóstol, que le exigen medidas contundentes e inmediatas, tanto policiales como urbanísticas, para que se respete el descanso en la Avenida de Marín y calles del entorno, consideradas el epicentro de la "movida" nocturna. El regidor -que estuvo acompañado por el inspector jefe de la Policía Local, Alberto Agulla, y por la jefa del departamento municipal de Urbanismo, María Rodríguez- entregó a los vecinos una copia del borrador de la ordenanza que pretende regular las actividades de ocio nocturno y limitar el nivel de ruido no solo en el interior de los locales, sino también en las calles donde las aglomeraciones de gente están en el origen de la mayoría de las quejas con medidas "concretas".

El Concello ya encargó un trabajo previo a la empresa especializada Virocem, que recomienda instalar 11 sensores acústicos en otros tantos puntos de mayor conflicto situados en la propia Avenida de Marín y en las calles Ferrol, Redondela y Gondomar, en un área de 16.700 metros cuadrados, y sus resultados determinarán si se trata de una Zona Acusticamente Saturada (ZAS), lo que daría pie al gobierno cangués para negar la concesión de nuevas licencias a locales de ocio e incluso la renovación de las vigentes. Los medidores se ubicarán en postes del alumbrado público situados en los cruces de la Avenida de Marín con las calle Baiona, Gondomar y Redondela, así como de esta última con la calle Ferrol, además de otros seis puntos intermedios en estos mismos tramos. Los técnicos consideran que esos lugares son "suficientemente representativos" del ruido que se genera en las calles y que padecen sus residentes y servirán para avalar las medidas paliativas por parte del Concello.

Aunque el gobierno local considera "imprescindible" dicho estudio y su interés en tomar medidas a corto plazo, el alcalde reconoce que no hay una partida presupuestaria específica para adquirir los 11 sensores, ni siquiera se ha concretado su precio y ha ordenado solicitar varios presupuestos para su adquisición. "Dependerá dos custes se podemos afrontalo agora ou non", advierte Pazos, que también contempla la opción de alquilar los aparatos de forma temporal, mientras duren las mediciones, para aliviar el desembolso. Los técnicos de Urbanismo consideran que esa segunda opción es más sensata, tanto a nivel económico como de mantenimiento periódico de los aparatos.

Los directivos de Santiago Apóstol se llevaron una copia de los planos con los puntos de instalación de los medidores de ruido y también del borrador de la ordenanza para que pueden realizar aportaciones, ya sea antes de su aprobación inicial -que el alcalde pretende someter a pleno a finales de este mes- o definitiva, tras el plazo de sugerencias y alegaciones.

El documento sigue las líneas básicas de otros reglamentos aprobados en municipios turísticos o de concentración de locales de ocio, como Vigo o Sanxenxo, que la denominó "ordenanza municipal de protección do medio ambiente contra a saturación acústica", en la que se incluye la regulación y control de locales de ocio o la creación de la figura de zonas acústicamente saturadas (ZAS) y se establecen los niveles máximos de ruido y vibraciones,en interiores y exteriores en una superficie aproximada de 1,67 hectáreas. También pretende evitar que los clientes salgan con bebidas a la calle o se concentren a las puertas de los establecimientos.

Los técnicos de Cangas recogieron algunas de esas ideas para plasmarlas en la nueva normativa, en la que se contemplan las limitaciones de ruido y fuertes multas para los infractores, en función de la gravedad y reincidencia.