Ni un solo autobús entró o salió ayer de la estación de Cangas, donde una veintena de trabajadores en huelga permanecieron durante la mayor parte de la jornada para disuadir a los escépticos. Los miembros del piquete sindical abundaron en los argumentos de que los planes de la Xunta para reorganizar el servicio de transporte de viajeros por carretera supondrá el despido de un millar de empleados, sobre todo por la puesta en marcha del servicio de autobús compartido con los escolares, que reduciría los viajes y, supuestamente, la mano de obra, aunque la Consellería lo niega.

Los sindicatos, que en este caso comparten argumentos con la patronal, quieren que el Gobierno autonómico reconsidere la situación, abandone sus planes y se siente a negociar con las partes uno nuevo. La huelga obligó a los usuarios a buscar alternativas, como el taxi, que no dio abasto. La convocatoria de paro se mantiene hoy.