Son obras de arte efímeras. Solo duran unas horas, el tiempo comprendido entre que los vecinos completan sus alfombras florales y el momento en el que la procesión pasa por encima. Pero tanta creatividad, ilusión y devoción trascienden de ese concepto de fugacidad. Las alfombras florales del Corpus de Bueu estrenaron ayer a lo grande su recién obtenida declaración de Festa de Interese Turístico de Galicia. Más de medio centenar de tapices decoraban las calles del centro urbano, cubriendo con flores, material vegetal, conchas y, sobre todo, con muchísima imaginación el abrasador asfalto.

Los diseños volvieron a ser de lo más variopintos y tanto vecinos como colectivos hicieron gala de una creatividad desbordante: motivos marineros, florales, religiosos... Había alfombras con mensaje, como la de la Asociación Juan XXIII que pedía "a inclusión das persoas con discapacidade intelectual" o la de los niños y niñas del Atlantic Coast Group, que con un mensaje en inglés ["Keep our streets safe"] pedían más seguridad vial. También las había que celebraban aniversarios especiales, como la del Festival Internacional de Curtametraxes de Bueu (FIC).

Algunas sencillamente eran tan espectaculares que dejaban sin palabras, como un tapiz de más de 100 metros de longitud en la calle Pazos Fontenla: en realidad parecía un óleo en el que había representados ejemplares de aves, como un búho, un flamenco, un colibrí, un martín pescador, el reflejo de un cisne o un gallo que dejó boquiabiertos a los cientos de visitantes que pasaron por la zona. Sus responsables volvieron a superarse un año más. Otra de las más llamativas era la elaborada por el Club de Loita Morrazo, que en 50 metros de asfalto representó a toda la saga de la mítica serie de "As bolas do dragón". No faltaban sin Songoku ni el propio dragón.

Pero si alguien tenía un protagonismo especial en el Corpus de este año esa era la artista Maruja Mallo. La Real Academia Galega de Belas Artes dedica este 2017 a la artista nacida en Viveiro y en Bueu recuerdan su relación con el municipio, donde estuvo en el verano de 1936 y de donde salió el conocido como "Cuaderno de Galicia". La Asociación Alfombras Corpus de Bueu no dejó pasar la oportunidad y dedicó íntegramente la calle peatonal Eduardo Vincenti a la obra de la artista. También el Museo Massó, el Club Golfiños o la asociación de párkinson Apropark, entre otros, se inspiraron en Maruja Mallo para sus diseños.

La asociación de alfombristas invitó a familiares de la artista a acudir a Bueu. "Estuvimos cuando se celebraron las jornadas en el Museo Massó y estamos maravillados con todo este esfuerzo", explicaba Antonio Gómez Conde, sobrino de Maruja Mallo y que se desplazó desde Madrid. "A ella le habrían impresionado estas alfombras. Maruja Mallo se inspiraba en el arte popular y ahora el arte popular se inspira en ella; es como si se completase un círculo", alaban los descendientes de la artista. Algunos de los diseños les resultaron especialmente sorprendentes. "Hay una recreación de cerámicas de las que solo había imágenes en blanco y negro; verlas ahora en color nos ha llamado mucho la atención", decía Antonio Gómez Conde, que está convencido de que esta iniciativa servirá para acercar más al público la obra de Maruja Mallo.

La confección de las alfombras florales es el culmen de un trabajo de muchos meses, un tiempo en que los vecinos acuden al monte y al campo a buscar los materiales con los que luego realizarán sus diseños. A lo largo de los años y con la experiencia acumulada han ideado todo tipo de métodos para conservar ese material tan delicado y difícil de conseguir. El sábado por la mañana se cerró al tráfico el barrio de Banda do Río para que los más pequeños pudiesen avanzar en sus trabajos. En cuanto la Policía Local cerró a las ocho de la tarde el recorrido íntegro por el que pasaría la procesión las calles de Bueu se llenaron de vida y frenética actividad. Muchos aprovecharon el fresco de la noche para trabajar. Otros muchos desafiaron al sol y al calor y prolongaron el trabajo hasta primera hora de la tarde.

Este año la misa, después de alguna que otra polémica, se trasladó a la capilla del colegio Virxe Milagrosa, a donde acudieron representantes de la corporación, encabezados por el alcalde. La procesión salió a las 20.00 horas para hacer un recorrido de 1,5 kilómetros por el centro, incluyendo paradas en los altares de Banda do Río o ante plaza de abastos para las tradicionales bendiciones antes de que el Santísimo se recogiese. El único incidente ocurrió a la altura de Banda do Río, cuando algunos miembros de la procesión tuvieron atender a un vecino que estaba en la zona y que sufrió un ataque de epilepsia.