La nueva empresa que vaya a hacerse cargo de la línea a concurso Pontevedra-Bueu-Cangas y Vigo con anexos, tendrá que poner a disposición una flota de 20 vehículos con dos autobuses con más de 55 plazas; 7 vehículos con entre 39 y 55 plazas; otros 7, con entre 26 y 38 plazas; y 4, con capacidad para 16 y 25 personas, además de dos autobuses de reserva.

Fuentes del sector también observan muchas lagunas en el nuevo plan de transporte público de Galicia, que además tiene sólo una vigencia de dos años hasta 2019. Hay miedo a que con este plan se quiera abaratar el transporte escolar que estaba suponiendo hasta ahora como un colchón económico para las empresas que soportan líneas regulares deficitarias. Otra de las preocupaciones es la inversión que se tendrá que realizar en las máquinas canceladoras o en el personal acompañante. No está claro cómo se van a contabilizar los escolares que suben a la línea regular ya que el anteproyecto contempla que la administración les dotará de un sistema de cancelación a bordo del vehículo (tipo tarjeta TMG) compatible con las canceladoras. El pago se realizará por compensación sujeto a la obligación de remitir las colectas diarias.