El censo de Vigo se calienta tras años aterido por el invierno demográfico que atraviesan Galicia y buena parte de las ciudades y comunidades de España. Aunque sus registros difieren a la hora de concretar cuánta gente reside en Vigo, tanto el Concello como el Instituto Nacional de Estadística (INE) coinciden en que la ciudad ha arrancado 2017 con un repunte de población. Hay que remontarse un lustro, a 2012, para encontrar otro año en el que el municipio ganase vecinos. Desde entonces se habían encadenado caídas del censo hasta acumular una pérdida de 4.400 residentes, según el INE; y de 900, si se toman como referencia los datos del departamento de estadística del Concello.

A 1 de enero de 2017 el Concello contabilizaba 298.355 vecinos en la ciudad, casi 600 más que el año anterior. El INE sin embargo -y siempre según las cifras facilitadas desde Praza do Rei, ya que el observatorio estatal todavía no ha publicado sus mediciones- sitúa la población de la ciudad en 292.986, 169 más que un año antes. El dato del Instituto Nacional de Estadística es especialmente relevante, ya que es el que tiene carácter oficial y -por eso mismo- el que se toma de referencia a la hora de decidir el reparto de fondos o servicios entre urbes.

La diferencia entre Concello e INE supera así las 5.300 personas, una variación importante -supone casi un 2% de la población total de Vigo-, pero que no es la más abultada que han mantenido ambos organismos. En 2003, cuando los cálculos del Ayuntamiento situaban el padrón por encima de los 300.000 vecinos, el INE lo rebajaba a 292.500. Entonces la variación superó los 7.700 vecinos. Desde aquel año las diferencias entre Concello e INE se habían ido suavizando, poco a poco, hasta que en 2014 volvieron de nuevo a incrementarse. En cualquier caso, nunca llegaron a desaparecer. Al menos desde 1996, el observatorio estatal establece año tras año una población menor que la que calcula el Ayuntamiento de Vigo.

El repunte de vecinos de 2017 se debe a dos causas fundamentales: el buen saldo demográfico de algunos barrios del municipio y un ligero incremento de la inmigración. Por distritos, arrojaron resultados positivos el centro urbano y el Casco Vello, que ganaron 200 vecinos; el formado por Casablanca y Venezuela, que sumó más de un centenar de residentes; Beiramar y Travesas, el que mejor evolución logró, con un incremento de más de 600 personas; y el área que integran Alcabre, Comesaña, Coruxo, Oia, Saiáns y Navia, donde el aumento asciende al 1% hasta rozar los 27.200 personas. El repunte de población en ese distrito fue del 57% desde el año 2000.

San Paio de Navia es particularmente importante en la demografía de Vigo. Aunque su censo de 6.100 vecinos queda muy alejado de los 17.700 de Lavadores -la parroquia más populosa, solo por detrás del área del centro urbano- o los 8.000 de Castrelos, ha sido una de las zonas que más vecinos ganó en los últimos 12 meses. Destaca además por su juventud. Casi seis de cada diez vecinos (56%) que residen en Navia no han cumplido todavía los 40 años. En el conjunto de la ciudad ese porcentaje es sensiblemente inferior (42%) y en Bembrive se sitúa incluso en un 37%. El resultado de Navia es incluso mucho mejor si las mediciones se ciñen únicamente al PAU -que además de situarse en San Paio de Navia se extiende por otras parroquias limítrofes- donde solo durante el último año se ganaron 300 vecinos hasta rozar los 9.100 residentes. Hace solo un lustro eran 7.400.

El análisis de la pirámide poblacional de la ciudad deja otros datos curiosos. Uno de ellos está directamente relacionado con el envejecimiento demográfico que padece Galicia y el conjunto de España. Según los datos del Concello, dos de cada diez vecinos de la ciudad han superado ya la edad de jubilación. En Navia el porcentaje de personas que ya han rebasado esa marca de los 65 años no llega ni a la mitad: el 9,4%. Otra lectura que dejan los datos del servicio de estadística del Concello es que, a pesar de que 2017 arrancó con un repunte de población, el último saldo vegetativo resultó negativo al registrarse 2.100 nacimientos frente a 2.700 fallecimientos. O lo que es lo mismo, se anotaron 600 muertes más que alumbramientos.

Junto a la buena evolución anotada en algunos distritos de la ciudad, el otro motivo que explica el crecimiento del padrón local es el repunte de inmigrantes. Por segundo año consecutivo la ciudad ganó vecinos procedentes de otras nacionalidades hasta sumar 16.382, 449 más que el año pasado. El dato sigue lejos en cualquier caso de los 17.800 que llegaron a alcanzarse en 2010, antes de que el paro llevase a cientos de inmigrantes a retornar a sus países de origen o a mudarse a otras ciudades. Sube el número de europeos, americanos y asiáticos, mientras se reduce ligeramente el de africanos.

Los datos del Concello aportan también una radiografía del tipo de familia que reside en cada uno de los distritos de la ciudad. Una de las principales conclusiones que arrojan es que en Vigo hay más de 36.400 hogares compuestos por una sola persona, lo que supone el 31% de todos las que se contabilizan en Vigo. De hecho es el modelo de familia más frecuente en la ciudad. El porcentaje de aquellas compuestas por dos personas representa el 24% y solo el 21% lo componen tres miembros. En el centro de la ciudad la proporción de hogares compuestos por una sola persona supone casi el 43%. Otra de las conclusiones que dejan los datos del departamento de estadística es que de los 298.355 vecinos de Vigo hay algo más de 15.600 que superan los 60 años y viven solos, lo que supone el 5,2% del total del censo local.

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