El cierre desde ayer del enlace con el Corredor por San Lourenzo en dirección Cangas es visto con preocupación por los vecinos de este barrio y del resto de la parroquia de Domaio.

Desde el colectivo vecinal Monte Faro esperarán a ver cómo repercute en la circulación una situación que se prolongará durante las próximas 6 semanas. Y es que temen que se colapse todavía más la rotonda de Domaio que permite el acceso a la autopista. Las obras del puente de Rande limitan a un solo carril el acceso desde O Morrazo a la AP-9 en dirección a Vigo. Esto genera cada mañana atascos kilométricos con su epicentro en la rotonda de Domaio, en donde convergen los vehículos que salen del Corredor, los que acceden desde Vilaboa y los que llegan desde Domaio por la carretera general PO-551. Los vecinos de la comarca que acuden a trabajar a Vigo cada día se vieron obligados a adelantar la hora de salida al menos media hora, según explican algunos afectados. En el caso de la PO-551, las retenciones a las horas punta alcanzan incluso el entorno de la iglesia parroquial de Domaio. De ahí que los vecinos de San Lourenzo teman tener que sufrir estos atascos para poder conducir hasta Cangas.