Durante toda la jornada de ayer un tramo de unos 10 metros lineales de acera en la calle Ramón Cabanillas permaneció vallado y con cascotes claramente visibles. Pertenecían a la cornisa del tejado de una vivienda particular que se desplomó cerca de las 23.30 horas de la noche del martes sobre la acera y que causó daños materiales en cuatro coches que se encontraban estacionados frente al inmueble en esta céntrica calle de Moaña.

En el momento del desplome ninguno de los turismos aparcados se encontraba ocupado y no pasaba ningún peatón por la acera, por lo que la caída de esta estructura no ocasionó daños físicos.

Técnicos del Concello apreciaron que esta cornisa situada bajo el tejado no estaba, aparentemente, bien anclada a la fachada. El desplome alertó a los vecinos del entorno y hasta la zona se tuvieron que desplazar efectivos de los Bombeiros do Morrazo. Si se desplomaron sobre la acera unos 10 metros lineales de cornisa, un tramo menor quedó suspendido de la misma. Los bomberos se encargaron de su retirada garantizándose así que no se produjesen nuevos desprendimientos.

Los coches fueron retirados por sus dueños a lo largo de la noche y desde la Policía Local, que llevó a cabo las diligencias, explican que ahora serán los seguros de los vehículos los que se encarguen de realizar una valoración de daños y de exigir las responsabilidades oportunas.

Los agentes apuntan también a que entre las explicaciones de los propietarios del inmueble se encuentran las obras que se están ejecutando en las últimas semanas en el Camiño da Miranda, cuya entrada es anexa a la propia vivienda unifamiliar.

Estos trabajos incluyen levantar toda la calzada para sustituir y reponer la canalización de aguas de esa vía, que se estaba hundiendo debido a filtraciones.

Técnicos del Concello, de todas formas, entienden que no hay relación entre la obra y el desprendimiento, señalando que no fue necesario picar generando movimientos fuertes del terreno para levantar el firme del Camiño da Miranda. Aseguran que las vibraciones causadas por estos trabajos no son mayores de las que pueden generar los autobuses o camiones de gran tamaño cuando circulan por la propia calle Ramón Cabanillas.

Otros casos

Hacía tiempo que no se producía un desprendimiento de este tipo en el casco urbano moañés. Sin embargo, a finales del año 2009 y a lo largo del año 2010 fueron varios los casos de esta naturaleza registrados.

En la propia calle Ramón Cabanillas se habían desprendido unas fachadas desde gran altura de un edificio. Una situación similar ocurrió desde un inmueble cuya fachada linda con la acera de la calle As Barxas.

Además, a finales de 2009 hubo que intervenir en el balcón de un edificio de la Avenida Daniel Castelao. Se desprendían cascotes sobre una marquesina y todo el balcón amenazaba con desplomarse.

En ninguno de estos casos hubo que lamentar daños físicos de ningún tipo.