Pero hay familias afectadas que para nada están de acuerdo con la decisión del gobierno municipal. Recuerdan que si sus hijos asisten a un colegio ordinario dentro de lo que se denomina una enseñanza de integración, se pregunta por qué no van a poder acudir a unos campamentos urbanos de verano con otros jóvenes de su edad, con los que asisten también a clase. Aseguran que se está frustrando la posibilidad de ser iguales e inciden en que el dinero, para contratar un monitor para estos niños que superan el 33% de discapacidad y necesitan de una persona, no debería ser obstáculo. Manifiestan que bastaría la contratación de un monitor para el tiempo que dura el campamento. Recuerdan, además, que son dos días a la semana los que irían.

Además, insisten, en que fue en la Casa da Xuventude, cuando acudieron a realizar la inscripción, cuando una funcionaria les dijo textualmente que la Xunta, este año, no había entregado al Concello de Cangas, la subvención para contratar a estos monitores especiales que daba otros años. Afirman que esa explicación no se la sacaron ellos de la manga.

Estos padres y abuelos afirman que el Concello de Cangas tendrá una queja formal para que conste su protesta.