La Guardia Civil detuvo al vecino de Vigo A.C.F., de 46 años, como el presunto autor de la última oleada de 105 robos en coches estacionados en garajes comunitarios, de los que casi la mitad fueron en Moaña y Cangas. Los restantes ocurrieron en Poio y Baiona.La investigación se había iniciado debido al considerable incremento de los robos que se estaban produciendo durante los últimos meses de marzo y abril en el interior de vehículos que estaban estacionados en garajes de viviendas en distitntas localidades de la provincia de Pontevedra, concretamente en Moaña, Cangas, Poio y Baiona.

El supuesto autor de los hechos que cuenta con antecedentes, también por robos en interior de vehículos, fue detenido el martes cuando salía de su domicilio en Vigo. Según la investigación, con los robos buscaba principalmente dinero metálico que destinaba para satisfacer las necesidades de su afición al juego, aunque también sustrajo pequeños objetos del interior de los coches.

Los primeros robos se produjeron en marzo en Poio, en donde aparecieron desvalijados 27 vehículos estacionados en varios garajes situados en diferentes calles de la localidad. Una semana más tarde se produjeron 19 robos en siete garajes distitnos en el centro urbano de Moaña. En esta localidad hubo robos el 24 de marzo en dos garajes en la calle Ramón Cabanillas, en otros dos en As Barxas, en uno en Daniel castelao y en otro en José Costa Alonso.

En abril se produjeron dos avalanchas de robos de similares características. La primera en Cangas, con 22 robos en 12 garajes en los que otros 25 vehículos aparecieron con daños materiales. La segunda y última oleada fue a la semana siguiente en Baiona, con 12 denuncias por sustración de efectos en el interior de otros tantos vehículos.

Las pruebas que llevaron a la identificación y detención del presunto autor surgieron a raíz de las imágenes grabadas a través de las cámaras de video vigilancia de algunos garajes de Cangas, de los testimonios obtenidos, que reconocen haber visto a esta persona en muchos de los garajes afectados y también a su peculiar forma de actuación. Todos se cometieron en fin de semana o en vísperas de festivo. Llamó la atención el meticuloso cuidado del detenido -que actuaba solo- para la apertura de los vehículos, tratando de causar el menor daño. La mayor parte de las veces rompía los cristales más pequeños de la ventanilla para acceder a los mandos de apertura de la puerta. En otras lo hacía mediante el apalancamiento de las lunas con un destornillador.