Mayor confort para los alumnos y profesores y menor gasto energético, que es menos de la mitad tras las obras de remodelación realizadas por la Consellería de Educación en el colegio de San Roque, en Darbo, en los últimos meses. La mejora se ha producido gracias al cambio de ventanas simples por otras dobles, más aislantes; la mejora de la tabiquería y los falsos techos y la sustitución de las calderas de calefacción y de las luminarias convencionales por otras de tecnología led, que gastan menos y se apagan cuando el sistema no detecta movimiento en las instalaciones. El presupuesto, estimado inicialmente en torno a 400.000 euros, "disparouse ata 719.273 euros, ao incorporar obras que non estaban previstas", según señalaron ayer el conselleiro de Cultura e Educación, Román Rodríguez, y el delegado provincial, César Pérez Ares, en una visita a las instalaciones acompañados de otros cargos de su departamento y del Concello de Cangas.

"Favoreceu o benestar e tamén a factura", corroboró el director del colegio, José Antonio Area, que se mostró muy satisfecho con los resultados. Los técnicos apuntan que la categoría energética de las instalaciones mejoró sensiblemente y se redujo un 60% la emisión de CO2. El conselleiro recordó que San Roque es uno de los colegios construidos en los años 70 y tenía muchas carencias que hubo que solventar, por lo que se acometió "casi unha renovación integral" y de ahí que el presupuesto se haya casi duplicado con respecto a las previsiones. "De ser un centro vello pasa a ser un de vangarda", apostilló Román Rodríguez.

La comitiva suspendió, por motivos de agenda, la visita prevista al pabellón de deportes del instituto María Soliño, donde la Xunta también acaba de invertir en obras de reforma 394.756 euros -drenajes del terreno, cubiertas y revestimientos, entre otros, a los que se añaden 27.322 euros para la renovación de los vestuarios. La cuantía supone practicamente el doble de lo estimado, y los representantes institucionales destacaron la "boa praxis de colaboración entre a Xunta e o Concello" y que, además de la comunidad educativa, se benefician de estas instalaciones otros ciudadanos que pueden utilizarlas fuera del horario lectivo.