De los 7 grandes fichajes que realizó la Fundación Biomédica para Biocaps, solo permanecen dos. César Veiga, vinculado a Cardiología del Chuvi, y Roberto Agis, que tiene una beca Ramón y Cajal. El resto, acabado el proyecto, se ha ido. Los científicos de la institución lo ponen como ejemplo de la poca capacidad de retención de talento. Un decreto que "fija la situación de inestabilidad laboral" del colectivo, solo contribuye a mantener como "muy poco atractivo el sector público gallego". Advierten que "Galicia es deficitaria en investigación". "Necesita talento", defienden y lamentan que "no se atrae al foráneo ni se retiene al formado aquí". Alertan de que, además, se van en su nivel cumbre como investigador, cuando ya ha agotado las becas predoctorales. "Los que venimos solo lo hacemos por motivos personales", aseguran.

Ponen como modelos a seguir los implantados en Cataluña (Icrea) y el País Vasco (Ikerbasque), que fichan a investigadores potentes y les dan un presupuesto para que logre proyectos. Este último invierte veinte millones al año y presume de haber obtenido un retorno de 200. "Aquí le piden al propio investigador que consiga una beca para pagarse a sí mismo y que logre un proyecto para contratar al personal que trabaje en él", critican.