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La Xunta corrige la canalización del Corredor para atajar las inundaciones en A Marrúa

Fincas particulares y una casa rural se ven afectadas desde hace años -El Concello subsanó parte del problema en noviembre

Obras en la rotonda de Broullón, acceso al Corredor dirección Vigo. // G. Núñez

Desde el lunes los usuarios de la carretera PO-313 son desviados por un solo carril alternativo a la altura de la transitada rotonda de Broullón, que actúa como enlace y salida del Corredor do Morrazo. Y es que operarios contratados por la Consellería de Infraestruturas han abierto una franja ancha y de una profundidad considerable en el margen derecho de la rotonda, para iniciar los trabajos de mejora de la recogida y canalización de aguas que bajan desde el Corredor. Se espera que esta obra, que debería finalizar esta misma semana y que desde hoy mismo obligará a abrir la zanja en el carril izquierdo de la rotonda, ataje por fin los problemas de inundaciones que sufren vecinos de A Marrúa desde la construcción del Corredor hace más de una década.

Desde entonces los afectados mostraron sus quejas repetidas veces y el Concello, que realizó en noviembre una actuación de canalización en el vial de Bouza-Figueira para minimizar el problema, solicitó entonces a la Xunta esta actuación para poder solventar estas inundaciones y evitar nuevos colapsos por el arrastre de tierras.

Durante los episodios de lluvias intensas se inundan en el barrio de A Marrúa tanto fincas particulares como otras propiedades. Entre los afectados se encontraban los responsables de la casa de turismo rural Durán.

La actuación que ejecuta la Xunta en estos momentos consiste en la reparación del terraplén y drenaje en el punto kilométrico 13+090 de la carretera general PO-313. Desde la Consellería explican que en ese punto existe una obra de drenaje transversal que resulta insuficiente para canalizar las aguas que llegan tanto desde la carretera general como desde el Corredor, por lo que se sustituirá por un tubo considerablemente mayor. Además, se mejorará la estabilidad del terraplén mediante un muro de contención.

Los operarios explican que las nuevas tuberías de hormigón tienen un diámetro de 1.500 y 800 milímetros respectivamente, lo que debería solventar los problemas actuales.

La obra ejecutada por el Concello en noviembre sirvió para canalizar el agua por debajo del camino de Bouza-Figueira. Se ensanchó la entrada del agua para paliar estos problemas a lo largo del pasado invierno. En el jardín trasero de la casa rural, por ejemplo, se originaba un torrente sin control cada vez que llovía con intensidad.

Desde el Concello explicaron, cuando acometieron la obra de noviembre, que en la Construcción inicial del Corredor se desvió la recogida de aguas en este punto por un pequeño arroyo que no tiene capacidad para absorber toda la cantidad de agua los días de mayores precipitaciones. Se trata de un curso de agua que desemboca en uno de los afluentes del Río Pontillón.

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