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Cangas, 1860, la asistencia santiaria (V)

A la inauguración de la rebotica asistió Perfecto Feijóo, propietario de la que se hizo famosa en Pontevedra por el loro Ravachol

Utensilios de una vieja farmacia de la época. //

Por aquel entonces, la farmacia de la Villa la regentaba D. Francisco Martínez Budiño hasta 1880, instante en que redacta su testamento declarando ser mayor de 60 años. Por su contenido, sabemos que estaba casado con Dª Matilde Fernández Martínez de cuyo matrimonio tuvieron cinco hijos:

D. Francisco, el mayor de los hijos y cumplidor testamentario, fue también licenciado en farmacia, se inició profesionalmente como regente en la "botica de la Viuda de Pardo en Vigo". Dª. Julia, de 19 años casaría más tarde con el comerciante de esta villa Sebastián Rodríguez. D. Guillermo actualmente estudiando interno en un colegio de Vigo. Dª Mª del Consuelo y D. Ramón, todos solteros y en su compañía.

Nuestro farmacéutico -como así gustaba que le denominasen y no boticario - confiesa haber gastado la suma de 8 000 reales para liberar a su hijo mayor del servicio militar, cantidad que más tarde devolvería, fruto de su trabajo en Vigo. Dispone que a su muerte la mitad de la farmacia sea propiedad de su mujer, además le sean abonados 6.399 reales, dinero procedente de ventas de tierras y cobranza de frutos y rentas.

En agosto de 1890, ya fallecido D. Francisco, su hijo mayor D. Francisco se hace cargo de la nueva farmacia en Cangas a cuya inauguración asistió el Subdelegado de Farmacia D. Perfecto Feijoo conocido farmacéutico pontevedrés por sus famosas "tertulias de rebotica" y, en especial, por su popular loro Ravachol, (papagayo que goza actualmente de una sencilla talla metálica en Pontevedra, situada frente a la capilla de La Peregrina). El Ayuntamiento de la villa gastó en aquella ocasión 50 pesetas y 50 céntimos en homenajear a tan ilustre personalidad.

Martínez Budiño en su testamento, prohíbe a sus hijos que a su fallecimiento, en modo alguno, la Justicia intervenga en operaciones de inventario familiar.

Por último, señalaremos un caso serio vino a suceder a nuestro protagonista. En 1846, durante las revueltas carlistas, habidas en el mes de abril último, tuvo lugar en Cangas un alzamiento "revolucionario" donde se vio implicado como uno de los promotores por cuyo motivo fue llevado ante los tribunales de justicia. Acusado de ser uno de los organizadores del levantamiento se le juzgó ante la Comisión Militar.

En su defensa, Martínez Budiño alega que en aquel momento, la Junta Revolucionaria le había nombrado Alcalde electo de la villa y no ser ajeno a la situación. Se encargó de su defensa el hábil letrado D. Manuel Mª. Puga obteniendo su libre absolución.

* Profesor e investigador de Cangas.

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