El gobierno de Bueu organizó antes de las elecciones municipales de 2015 un acto público en el que presentó en sociedad su proyecto para la piscina municipal, elaborado por el actual arquitecto municipal, Fernando Baeza. En aquella intervención el técnico explicó que el diseño estaba condicionado por un aspecto crucial: el ahorro en los costes de explotación de la infraestructura, que podrían situarse en cerca de medio millón de euros al año. En aquel entonces se aseguraba que ese mismo año se podría iniciar el proceso para licitar la obra, pero finalmente se esperó más tiempo por una respuesta favorable de la Xunta y la Diputación. El proyecto está pensado para reducir el consumo energético y cuenta con soluciones constructivas diferentes. Habitualmente lo que se busca es impedir la condensación en el interior del recinto, pero la propuesta que se plantea es diferente. "En este caso se cambia drásticamente esa filosofía y lo que queremos es provocar esa condensación para sacarle beneficios", explicó en aquel momento el arquitecto del Concello de Bueu. El documento presentado divide el inmueble en tres plantas. En la inferior habrá dos salas que conjuntamente suman unos 600 metros cuadrados para actividades con aparatos deportivos, fitness, aeróbic... El vaso de la piscina estaría en la planta de entrada y en la superior habría espacio para otra sala deportiva de 100 metros cuadrados, una ludoteca y un espacio con máquinas de café y con vistas al interior del inmueble.