Nació y se crió en el barrio de O Forte, en Cangas, en una época en la que, tal y como recuerda, todo era escasez, pero en la que había una gran unión entre los niños del pueblo "No teníamos otra forma de vivir más que estar siempre juntos", asegura el economista jubilado y miembro del Consejo Social de la Universidad de Vigo, Jesús Graña, que hoy será el pregonero de la Semana Santa de Cangas. El acto está previsto tras la misa de las 19:30 horas, en la excolegiata, en donde la banda Bellas Artes ofrecerá también el concierto de Marchas Procesionales con una representación de penitentes de las cofradías y hermandades de Cangas. Por motivos laborales, Graña siempre ha residido en Vigo, aunque nunca se desvinculó de su municipio natal en donde tiene su segunda residencia.
-¿Qué recuerdos tiene de aquel Cangas de cuándo era niño?
-Estuve en Cangas hasta el momento de marcharme a estudiar a la Universidad, en Bilbao. Los recuerdos son los infantiles de un pueblo pequeño, de una generación en la que faltaba de todo, era escasez para todo, pero de una gran camaradería y amistad. Era la unión de todos los niños y el pueblo; no teníamos otra forma de vivir más que estar siempre juntos. Empecé estudiando en Cangas en las escuelas de párvulos de doña Manola, luego fui a la del Forte, a la de Fonte Ferreira, a la escuela de don Bernardino donde estudié el bachiller y luego a los Paúles en Marín. Posteriormente me trasladé a Bilbao a estudiar Económicas, Políticas y Comerciales, ya que sólo había ahí, en Madrid y Barcelona. Mis grandes amigos siguen estando en Cangas, sigo viviendo prácticamente porque tengo casa en Cangas y vengo todas las semanas.
-Procede de una familia de gran arraigo en este municipio.
-Sí, tengo mucha vinculación por familia. A la de mi padre le llaman "Pesqueites"; mis tíos fueron los curas de O Hío y de Aldán. Mi madre era del Forte. Mi vinculación con Cangas no fue una circunstancia laboral, siempre he estado unido a este pueblo. Sigo estando en la Acción Católica y seguimos celebrando la reunión anual con los compañeros y amigos de aquella época. Mi vinculación siempre fue total, lo que sucede es que el trabajo me hizo salir de este pueblo y mi vida laboral me llevó a Vigo, de donde nunca más salí. Entre Vigo y Cangas siempre estuve. Cuando vivía mi mujer, que falleció hace seis años, íbamos siempre a Cangas, de viernes a lunes, todas las semanas.
-¿Qué supone para usted el ser pregonero de la Semana Santa canguesa?
-Un gran orgullo y responsabilidad con las cofradías que me invitan y, sobre todo, para con mi pueblo.
-¿En torno a qué girará el pregón?
-Lógicamente es un pregón de Semana Santa. Vamos a reflexionar sobre esta celebración. la segunda parte será una reflexión sobre las procesiones y actos que se celebran en Cangas, actualizados al siglo XXI; también recordaré los momentos más sobresalientes y trataré de hacer un enlace entre la Semana Santa y la gente marinera de Cangas. Insistiré en que lo importante es que la tradición continúe. La tradición de la Semana Santa es la memoria viva de la gente de Cangas. Esa tradición tenemos que conservarla e impulsarla. Los pueblos se distinguen por su valor, calidad y, sobre todo, por la riqueza de las tradiciones. Esta tradición de Semana Santa ya forma parte de nuestra cultura, idiosincracia y nuestra definición como personas que somos y debemos continuar. Los pueblos sin tradición no tienen futuro y están condenados a ello, porque son sociedades individualistas y materialistas a las que no interesa la gran tradición de sus gentes. En el pregón también destacaré el hecho de que si cada año la Semana Santa de Cangas es mejor, es porque se lo debemos al esfuerzo de los cofrades durante todo el año, a los que mantienen la belleza de las imágenes, a los costaleros, a los que colaboran con las legiones romanas y a todo el pueblo con su participación.
-Usted elogia las tradiciones ¿qué opina de la petición de Podemos de prohibir que se televisen las misas en la TVG?
-Prohibir o no la misa por televisión ya es un contexto político. No podemos olvidar que la Constitución dice que España es un Estado aconfesional, no ateo, y hay programas que dedican parte de su cartelera a otras creencias. Tenemos que tener en cuenta cuál es el porcentaje de la población con una creencia, para establecer algún criterio. Pero es un criterio fuera del contexto que estamos hablando.
-Gran parte de su vida ha estado vinculada al Ministerio de Trabajo como secretario provincial.
-Fue secretario provincial durante 20 años, antes de la Autonomía de Galicia, cuando sólo había Ministerio de Trabajo. Después fui gerente de la Universidad de Vigo en 1990, cuando empezó a funcionar por el decreto de segregación del Sistema Universitario de Galicia. Éramos solo seis personas en la parte administrativa y a partir de ahí se creó toda la Universidad. Fue una dedicación muy grande, llena y plena. Trabajé y estuve encantado de hacerlo. Ahora, después de que me jubilaron, sigo vinculado como miembro del Consejo Social, nombrado por el Parlamento de Galicia.
-¿Cuál es la principal función del Consejo?
-La Ley de la Reforma Universitaria estableció que debía de haber un organismo, fuera de la Universidad, que supervisara los actos económicos. El Consejo es el responsable último económico de la universidad. Es el que supervisa y aprueba el presupuesto propuesto y es parte de la sociedad que supervisa el aspecto económico e la universidad: económico, académico en cuanto nuevas carreras, incrementos salariales o aumento de plantilla.
