Las excavaciones realizadas en el año 2000 en el subsuelo de la antigua fábrica de Alonso permitieron sacar a la luz más de 10.000 piezas arqueológicas. Los arqueólogos consideran que todos esos restos forman una colección "inusual y extraordinaria" debido a su cantidad y variedad. Entre los hallazgos había algunos que se pueden considerar como "poco comunes". Es el caso de una tubería de plomo que pudo servir como filtro en las tareas de limpieza y lavado en la salazón; un cuchillo con un mango de hueso, columnas del pórtico y de la techumbre de la factoría, pesas de red, piedras de afilar y molinos giratorios. También se hallaron restos de cerámica y unas 40 monedas del siglo IV después de Cristo.

Todo este material se encuentra depositado en el Museo Massó desde el año 2013. La Dirección Xeral de Patrimonio Cultural consideró que era preferible que estuviesen en Bueu en lugar de en el Museo de Pontevedra y si el proyecto de sala arqueológica fructifica el Concello quiere que parte esos hallazgos se expongan en este nuevo espacio.