La exposición incluirá una veintena de tallas de madera, que representan escenas o lugares bíblicos, así como objetos típicos de las casas de oriente, que ya expuso el párroco de e Domaio, Ángel Tabarés, en esta parroquia el pasado octubre, a los que hay que añadir nuevas piezas que se ha traído de su último viaje a Israel, en las Navidades. Entre estas piezas nuevas está una maqueta del Templo de Jerusalén (siglo I), una talla en madera de olivo, que representa la Resurrección; otra que acaba de adquirir, de un Cristo llamando a la puerta y una "menorah", una lámpara de nueve brazos, regalo de una familia judía de Tel Aviv.

Todas las piezas podrán contemplarse este próximo domingo, día 26, en la casa de turismo Rectoral de San Adrián de Cobres, parroquia de Vilaboa en la que también ejerce como párroco. Se podrá visitar desde las 11:30 a las 14:00. Los propietarios del inmueble ofrecerán un vino y la posibilidad de visitar el recinto.

Ángel Tabarés (Vigo, 1963) fue destinado a hacerse cargo de ambas parroquias -Domaio y San Adrián- hace algo más de un año, pero sus ocho años de residencia en Jerusalén, a donde se trasladó para realizar estudios de la Biblia, le han generado fuertes vínculos con esta tierra, que visita siempre que puede, como ha sido el caso de estas pasadas navidades.

Dice que lo que se encontró en estos 10 días en Jerusalén y con respecto a hace ocho años, cuando regresó a Galicia, es que "todavía la gente siente miedo a ir allí porque asocian el problema de Israel con el yihadismo y los atentados en Europa . Esto hace que disminuya, en mucho, el número de peregrinos. Y, por lo tanto, quienes viven de las peregrinaciones y del turismo, se resienten".

También aprecia menos control de la Policía y los militares: "Antes en el aeropuerto era agobiante, con interrogatorios y cacheos y conozco personas que se tenían que tomar un tranquilizante". Reconoce que él viajó también antes del último atentado. En cuanto a la vida allí, observó que se están poniendo muchos problemas para los permisos de estancia y que en el ámbito de los estudiantes, -en el que él se movió-, para los temas de la Biblia o de la arqueología (hay que tener en cuenta que hay lugares que son número uno en el mundo, junto con Roma), se pone muy difícil la estancia". Siente pena por esta situación porque es un lugar donde se estudia la Biblia y las lenguas antiguas.

El pasado mes de diciembre, Ángel Tabarés cumplió un año como párroco en Domaio, una parroquia que asumió tras la marcha del anterior cura que vivió un atraco cuando se encontraba descansando en la casa parroquial. Asegura sentirse con mucha ilusión, bromea cuando dice que la gente tiene mérito para aguantarle y que la parroquia vive un momento bonito, de crecimiento. destaca que se están haciendo obras como un salón grande, con donaciones, para que la parroquia sea un lugar de encuentro de la gente "que es lo que más quiero fomentar".