La calle Carlos Casares, en Cangas, sigue con problemas de inundaciones. El temporal de viento y lluvia de la pasada semana volvió a poner en evidencia la situación de esta calle que ya fue protagonista en enero del pasado año. Los habitantes del número 7 de Carlos Casares vivieron un auténtica pesadilla, con agua dentro de su vivienda, que no eran capaces de desalojar y las fecales paseándose por el interior de la misma, con el peligro que eso supone para la salud pública.

Su dueña fue ayer a hablar con el alcalde de Cangas, Xosé Manuel Pazos, que la atendió sin cita previa. El regidor local se comprometió a estudiar con la empresa concesionaria del agua, UTE Gestión Cangas una solución al problema que padece no solo ella, sino toda la calle. El número de viviendas en la citada vía aumentó con los años. Hace cincuenta años apenas había unas casas en la zona y ahora está densamente poblada, sin embargo los servicios de recogida de pluviales y fecales son los mismos, por lo que es lógico que se colapsen con frecuencia, provocando un grave problema de salud pública. Cada vez que llueve intensamente hay problemas. Comentan los habitantes del número 7 de la calle Carlos Casares que tanto los bomberos como el Grupo de Emergencias del Concello de Cangas ya conocen sus voces cuando llaman. Ellos ayudan achicando agua, pero el problema permanece. Hay que destacar que la tubería pasa por la servidumbre de paso que tiene la citada casa.

Para nada sería descabellado que el Concello de Cangas incluyera esta obra dentro de las inversiones que la empresa concesionaria tiene que destinado a mejoras de la red.

Los problemas de las inundaciones en la calle Carlos Casares provocaron que hace un año los bomberos del Morrazo estuvieron achicando agua en la vía pública más de dieciséis horas. Las inundaciones afectaron a por aquel entonces a, al menos, tres casas. El nivel del agua alcanzó en aquel momento los 50 centímetros y, también, las fecales tuvieron su triste protagonismo.