Casi medio centenar de mariscadoras de Moaña trabajaban ayer en la ensenada de Samertolaméu, en Meira. Eran menos mujeres que un día habitual, pero la cuesta de enero obliga a no tirar la mercancía porque el mercado, tras los excesos de las Navidades, baja los precios. La almeja fina, que en diciembre se vendía entre 30 y 40 euros el kilo, ahora está entre 18 y 25 euros, asegura Alicia Rodríguez, expresidenta de la Asociación de Mariscadoras Santa Lucía de Moaña, que confía en que el mercado empiece a repuntar o a "picar", como ella dice, a partir de finales de mes o principios de febrero para volver al cupo normal.

Las mujeres trabajaban ayer con el sacho cavando en la arena en busca de almeja fina, japónica y también longueirón, un bivalvo de la familia de la navaja pero de menor calidad. Eso sí, las mariscadoras tenía que afanarse para sacar este bivalvo vivo y con la concha sin romper porque era mercancía para vender en fresco. Nada mejor que recurrir al método tradicional. Las mariscadoras iban con botellas de plástico cargadas de la sal con la que logran sacar a flote, casi por sí solo, al longueirón. Un poco de sal en la cavidad en la arena y la concha de longueirón asoma al instante y acaba en el cubo de las mujeres.

Alicia Rodríguez reconoce que el método de a sal ya es muy primitivo y de muy buenos resultados de cara a vender el producto vivo y en perfectas condiciones externas. En el mercado no se admite venderlo con la concha partida, algo que no ocurre, por ejemplo, cuando se vende para fábrica.

No fue un día tampoco de excesivo trabajo porque el mercado impone poner freno a los cupos. De longueirón sólo extrajeron 2-3 kilos por mariscadoras. El bivalvo se vendió en 5 euros el kilo. De almeja japónica fueron ayer a 5 kilos y de fina, sólo a medio kilo.

Mientras los precios no suben, las mujeres también se dedican a trabajos de cuidado de los bancos con traslados de almeja de menor tamaño desde las zonas altas de la playa de A Xunqueira a las bajas o a otros arenales como los de Meira o de O Con, así como rareos del banco frente a la Casa do Mar.