La cadena con candado que el párroco del Carmen de Moaña, José Luis Muñiz, había repuesto en el atrio para evitar el estacionamiento público de vehículos, ha vuelto a desaparecer y ya es la tercera ocasión. La segunda vez había sido en el mes de octubre, y un vecino encontró la cadena en el fondo del mar, junto al paseo de Seara. El párroco no tuvo reparo en volver a instalarla pero durante el fin de semana del 18 de diciembre nuevamente desapareció aunque en esta ocasión sin dejar rastro alguno. La primera vez que desapareció fue unos meses antes, según recuerda el párroco que asegura que se trataba de unan cadena más endeble y fue sustituida por otra más fuerte, pero ni con eso, el titular de la parroquia logra cumplir su objetivo de dar privacidad a este atrio y que sólo se utilice como aparcamiento para las personas que realmente acuden a un acto religioso.
Todo apunta a que quien o quienes roban la cadena lo hacen movidos por el malestar que genera que el párroco cierre el atrio al aparcamiento público. De hecho, este espacio siempre fue utilizado para estacionar y cuando el párroco llegó a Moaña, se propuso reordenarlo dentro de un proyecto más ambicioso que fue el de acondicionar el templo, con problemas de humedades, y concluir la obra del campanario. Para ello realizó una colecta y hoy puede decir que en breve comenzarán las obras para concluir el campanario de la iglesia del Carmen. Por eso que José Luis Muñiz asegura que no volverá a reponer la cadena con el candado porque el atrio tendrá que cerrarse por causa de fuerza mayor, debido a estas obras de construcción del campanario. El párroco asegura que se ha logrado recaudar 50.000 euros para esta obra, presupuestada en unos 60.000. También dice que el atrio será remodelado, pero en una siguiente fase.
