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Obligado a volver al mar para jubilarse

Los cambios en los coeficientes reductores de la jubilación de los marineros obligan a muchos a seguir faenando

El patrón de pesca Manuel Mundín Guimeráns, esta semana en Cangas. // Gonzalo Núñez

Manuel Mundín Guimeráns es un vecino de Aldán que acaba de cumplir 55 años. Lleva desde los 17 embarcado y tenía previsto jubilarse el pasado mes de octubre después de una larga trayectoria como patrón de pesca. Una carrera no exenta de vicisitudes, como el incendio y hundimiento del "Guariste Primero", en aguas del Pacífico en marzo de 2015. Pero su jubilación parece que tendrá que esperar. Manuel pone rostro a la preocupación de cientos de marineros gallegos que se han pasado la vida embarcado en buques congeladores y que ahora ven reducidos los coeficientes de cotización que les permiten jubilarse a los 55 años. Una medida que es un síntoma del desconocimiento de la dureza del trabajo en el mar y que revela la descoordinación entre los departamentos de la propia administración, con distintos criterios entre la Dirección General de la Marina Mercante y el Instituto Social de la Marina (ISM) y que aluden a una normativa de la Unión Europea (UE). En medio están los tripulantes como Manuel Mundín, que se ha visto en la obligación de renovar sus títulos con la intención de embarcarse de nuevo en una última marea y poder jubilarse.

Este patrón cangués recopiló el nombre de los buques en los que estuvo embarcado, la gran mayoría palangreros que se dedicaban a la pesca del pez espada. Son, como explica el propio Manuel Mundín, barcos congeladores en los que las mareas "duran tres o cuatro meses, hasta que las cámaras están selladas, y pasas cerca de 140 días sin ir a puerto". El problema es que el ISM ha minorado el coeficiente reductor de la jubilación de algunos de esos buques, que han pasado del máximo del 0,40 al 0,35, al 0,30 o incluso al 0,25. Esto significa una demora de meses o años en la edad de retiro de sus tripulantes después de pasarse prácticamente la vida entera en el mar. "Hay que tener en cuenta que sueles hacer dos mareas seguidas y luego otra de vacaciones, con lo que pasas entre ocho y diez meses embarcado", ilustra este patrón.

¿A qué se debe esta situación? Pues a una curiosa interpretación del ISM, que considera que esos barcos son "fresqueros", esto es, que traen la pesca en fresco a tierra. Manuel Mundín Guimeráns se ha puesto en contacto en numerosas ocasiones con la Dirección General de la Marina Mercante y el ISM para intentar aclarar la situación y corregir una situación que considera injusta. "En el censo de flota operativa y en el registro de la Marina Mercante aparecen todos con la misma clasificación [palangre de superficie], pero el ISM a unos buques les aplica coeficientes reductores distintos", denuncia. Así se dan situaciones de lo más curiosas. "Uno de los barcos que conseguí que rectificasen es el 'Siempre Socio', un buque que tiene otros dos gemelos, que son el 'Arca Dos' y el 'Oleaje'. Lo normal es que aplicasen el mismo coeficiente reductor de jubilación a los tres, pero no lo hacen . Cada uno tiene uno distinto: 0,40 el 'Siempre Socio', 0,35 el 'Arca Dos' y 0,30 el 'Oleaje'",ilustra el patrón de pesca. "Son exactamente los mismos buques, que estuvieron en las mismas aguas y trabajando en lo mismo. No tiene lógica", insiste.

La respuesta de la Marina Mercante es que todos los buques aparecen con la misma denominación en sus registros y que la interpretación de los coeficientes para la jubilación de los tripulantes corresponde al ISM. La problemática también se debe a que en esos censos oficiales no aparece la palabra "congelador" para clasificar los barcos. "Dicen que los clasifican en función de la modalidad de pesca, no en función de su capacidad o su sistema de congelación o refrigeración", indica Manuel Mundín, que también tiene su propia interpretación. "El problema es que no hay dinero y se pasan la pelota de una administración a otra. Si consiguen demorarte la jubilación unos meses es un dinero que se ahorran", afirma enfadado.

Él desembarcó ya en marzo, con la idea de agotar el paro acumulado y jubilarse en octubre para quedarse definitivamente en tierra. Ese proyecto tendrá que esperar. El patrón está decidido a presentar una demanda contra el ISM, pero mientras tanto no le queda más remedio que seguir trabajando para continuar cotizando. Con las rectificaciones que le aprobaron podría retirarse el próximo mes de agosto. "Pero el paro se me acabó y renové los títulos náuticos por si aparece algún barco para poder embarcarme en una última marea", concluye.

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