Un aguinaldo de navidad. Así acogen muchos de los bateeiros de Bueu la apertura en el polígono Bueu B, autorizada por el Instituto Tecnolóxico de Control do Medio Mariño (Intecmar) a última hora del viernes. El sábado por la mañana, pese a ser Nochebuena, ya hubo algunas descargas. Ayer la actividad fue mayor, pero lejos de ser lo frenética e intensa que debiera ser a estas alturas del año. La apertura de este polígono mejillonero es una buena noticia para el sector, pero con un alcance limitado. En aguas buenenses hay tres zonas de producción y la que está abierta, en la costa de Beluso, es la más pequeña. No llega siquiera a una treintena de viveros flotantes.

Las previsiones para los otros dos polígonos -Bueu A1 y Bueu A2, situados entre Agrelo y Lapamán- no parecen optimistas. "Si no era suficiente con las toxinas lipofílicas ahora también ha entrado la paralizante o PSP", explicaban ayer desde una de las agrupaciones de mejilloneros de la localidad. Así las cosas, esta semana los mejilloneros con bateas en Beluso continuarán con las descargas para intentar colocar toda la producción que puedan en el mercado.

La buena noticia para ellos es que en estos momentos "el único mejillón grande que llegará al mercado es el de Bueu" ya que en el resto de zonas ya tienen prácticamente agotada su producción. La ría de Aldán, que también se caracteriza por un molusco de un buen tamaño, sigue de momento cerrada. Ayer se estaban muestreando sus dos polígonos para comprobar su estado. A ellos se une el polígono Cangas H, situado en Liméns, que al igual que el Bueu B recibió el viernes la orden de apertura. En la ría de Pontevedra solo está abierta otra zona, la Portonovo A, en Combarro.

Las fuentes consultadas apuntan que de momento el mejillón se está vendiendo a un precio que oscila entre los 0,60 céntimos y 1 euro el kilo, en función del tamaño.

Los bateeiros que estos días han podido trabajar se han encontrado con otra noticia menos agradable. Una parte importante de la producción de la cosecha del próximo año se ha desprendido de las cuerdas. Algunos hablan de porcentajes de hasta el 40%. La situación puede resultar sorprendente porque este problema suele aparecer por culpa de los continuados temporales y maruxías, algo que no ha ocurrido este invierno. De hecho, los últimos temporales en el mar datan prácticamente del mes de marzo. "A lo mejor el problema también es ese. Sin temporales y esos mares fuertes la ría tampoco se oxigena y el mejillón pierde la capacidad de agarre a las cuerdas. Así que al final también acaba desprendiéndose y se pierde una parte importante de la producción", especulan algunos de los bateeiros de Bueu.

Venta al mercado de fresco

A estas alturas todas las descargas se destinan al mercado de fresco. Las fábricas aprovechan estas semanas de las fiestas navideñas para cerrar por vacaciones y la venta para industria no se reactivará hasta después de la primera semana de enero.