| El Auditorio de Cangas registró ayer una gran entrada para presenciar el montaje que el Centro Dramático Galego (CDG) realizó de la comedia Tartufo, de Molière. Bajo la dirección de Carles Alfaro, la obra clásica se traslada a los años 20 del siglo pasado. Las pinceladas de humor junto con un texto denso pero brillante engancharon al espectador cangués. La hipocresía del falso devoto Tartufo es el tema central de esta pieza.