El concejal de Urbanismo de Moaña, Odilo Barreiro, alegó ayer, a la salida de la comisión de seguimiento de las obras, que este contrato era "a crónica dunha morte anunciada". Y es que asegura que ante los representantes de la Xunta explicó que la rescisión viene motivada por los orígenes de la actuación.

"A obra do paseo se iniciou sen ter a dispoñibilidade efectiva dos terreos, pois Costas non caducou a concesión das carpinterías de ribeira nin o Concello contaba coas cesións de terreos do tramo 6", apunta, responsabilizando de ello al anterior ejecutivo local, bajo cuyo mandato se firmó el convenio y arrancaron los trabajos.

Según Barreiro, además se producía una situación "máis grave", que se debe a que arrancaron los trabajos sin solicitar la concesión de Costas, "que era obligatoria, como nos comunicou por escrito a subdirectora xeral deste organismo".

El Concello no ha tramitado hasta la fecha esta concesión al entender que con la obra ya iniciada podría derivar en consecuencias económicas para la administración local.

Con la rescisión del contrato a tres bandas y la necesidad de redactar un nuevo proyecto, el gobierno bipartito tratará de lograr esta concesión y poder proceder de forma totalmente regular.

El intento de salvar la falta de terrenos con una alternativa provisional que buscaba rodear los astilleros tradicionales fue descartado por la Xunta después de que generase protestas entre el grupo de vecinos agrupados en torno a la Plataforma Beiramar.