El proyecto de mejora de instalaciones portuarias de Aldán-O Hío, y particularmente del edificio que alberga la lonja y que acumula varios años de gestiones, sigue pendiente del visto bueno del Concello de Cangas, que debe informar al respecto al carecer dicho puerto de un plan de reparto de espacios y usos portuarios. Desde Portos y la Cofradía señalan que el documento se remitió al consistorio el pasado mes de junio pero el expediente se extravió y hubo que remitir otra copia para reiniciar el procedimiento, estancado en dependencias municipales sin que se hayan dado explicaciones claras al respecto. El alcalde, Xosé Manuel Pazos, se incorporó esta mañana a la reunión del presidente de Portos, José Juan Durán, con representantes del cabildo y se comprometió a pedirlas al edil de Urbanismo, Mariano Abalo, y a funcionarios del departamento, cuya jefa está de vacaciones.

El actual edificio de la lonja de Aldán presenta graves deficiencias de estructura y técnicas que tienen consecuencias negativas en el control y venta del pescado y marisco. Es el caso del almacenaje conjunto del producto fesco y de la carnada que se utiliza para su captura. "Sanidade danos continuas moratorias, pero hai que solucionalo xa", advierte el patrón mayor, Juan Manuel Gregorio, que confía en la inmediata inversión de medio millón de euros para solventarlo.

La visita de Durán al cabildo también estaba relacionada con otras obras que son competencia del ente autonómico, como la recientemente finalizada rampa de varada, en la que se invirtieron alrededor de 50.000 euros y que ya está funcionando "de forma satisfactoria", reconocen desde la cofradía. Y para hablar del dique de abrigo flotante cuyos pivotes comenzaron a instalarse hace casi dos años, sin apenas información y sin que las obras hayan avanzado en este tiempo. El responsable de Portos les comunicó hoy que se habilitará una partida de alrededor de 400.000 euros en los presupuestos de 2017 para este fin. Los marineros, pero especialmente el sector mejillonero, reclaman la mejora de la seguridad en el muelle debido a los frecuentes temporales en esa zona y al elevado coste en sus embarcaciones, muchas de las cuales se ven obligadas a fondear en la dársena por falta de espacio en el muelle.