Casas en miniatura, de distinto tipo y con la decoración más trabajada, es lo que produce en sus ratos libres José Ríos, un vecino de Moaña que trabaja habitualmente como albañil y que utiliza este arte para "relaxarme. Axuda moito, sobre todo cando non saes contento do traballo. Facendo estas miniaturas consigo pensar noutros asuntos", explica.

La característica principal de su hobby, convertido en parte de su vida, pues vende las piezas cuando tiene oportunidad, es que la madera de las construcciones en pequeña escala las realiza con raíces de árboles. "Sobre todo emprego raíces de carballo e de castiñeiro, porque son madeiras nobles e se traballa moi ben con elas. As raíces, ademais, teñen menos problemas que a madeira dos troncos", explica.

Además de la madera, para sus creaciones utiliza otros materiales como piedras, que emplea generalmente en los tejados, y que talla él mismo. "Tardo arredor dunha semana en facer cada casa. As vendo, pero evidentemente non as podo vender polo prezo real, porque se cobro polas horas de traballo serían moi caras", reconoce.

En su casa cuenta con unas 20 piezas en estos momentos. "Xa non teño onde poñelas", bromea. En la Feira EcoArtesá de este domingo su puesto fue una de las sensaciones. "Vendín tres casas, unha por 100 euros, outra por 40 e outra por 30", explica.

Aunque sus piezas pueden ser utilizadas en los belenes navideños, José Ríos explica que vende más en verano "porque compran máis os turistas".

Explica que empezó con esta afición hace más de 15 años y fue por las manualidades que hacía su hermano. "Facía árbores de cobre. Unha vez regaloume un e deixei voar a mente, para ver se podía facer eu algo parecido. Deume por traballar as raíces", recuerda. De momento garantiza que durante mucho tiempo, cuando llegue de su trabajo como albañil, seguirá construyendo casas, aunque en este caso de las que cogen sobre una mesa.