Pedro Martínez es un joven de Bueu que cursa tercero de Medicina en la Universidad de Santiago (USC). Desde hace un año forma parte del Club Debate Compostela (CDC) y junto a otros dos compañeros acaba de participar en el I Torneo de Debate Académico de la Universidad de Murcia, donde se proclamaron subcampeones de España. Un resultado que supera las expectativas iniciales porque los tres integrantes del equipo -Lidia Lareo (Noia), David Gómez (Lugo) y el propio Pedro- llevaban poco tiempo juntos y dispusieron de apenas tres "intensivas semanas" para preparar esta cita.

En este torneo estaban representadas universidades de distintos puntos de España, como Granada, Málaga, Madrid, Barcelona o Valencia. El tema sobre el que giraron los debates es una cuestión de actualidad: el uso del conocido como burkini. "Es un asunto espinoso porque tal como estaba planteado el concurso estar a favor significaba defender su prohibición, mientras que la posición contraria era defender su utilización", explica el joven de Bueu. Acudir al torneo significa que cada equipo debe preparar un argumentario tanto para defender una postura como la otra. "La posición que te toca defender no la sabes hasta el momento antes de cada debate y se decide por sorteo", explica.

El equipo que formaba junto a David Gómez y Lidia Lareo -ambos estudiantes de cuarto de Periodismo- llegó hasta la final, lo que significó un total de ocho debates, de los que solo perdieron dos y ambos contra un conjunto de la Universidad de Barcelona. "Entre los argumentos que usamos para defender la prohibición estaban cuestiones relacionadas con la seguridad e identificación, la discriminación religiosa o el hecho de que en los países islámicos en el siglo XX hubo avances para permitir el uso del bikini", expone Pedro Martínez. En el otro lado de la balanza, para argumentar su empleo, se centraron en destacar que "las consecuencias negativas de la prohibición, como que genera un mayor apego de las mujeres hacia esa prenda o que es una medida contraproducente porque si no pueden emplearlo no significa que vayan a usar el bikini, sino que dejarán de ir a la playa".

¿A nivel personal cuál es la posición que defendería Pedro? " Pues estaría a favor de que se mantenga el burkini. Es algo que no hace daño a nadie y es una prenda que está relacionada con la idea de humildad que defiende el Islam, de taparse. Además, si defendemos la libertad de la mujer es un tanto incoherente que el Estado prohíba su uso", argumenta. A este respecto destaca que uno de los valores de este tipo de iniciativas, además del uso de la palabra y de los argumentos para defender una postura, es que "aprendes a valorar y respetar la opinión del otro; puedes no estar de acuerdo con ella y no compartirla, pero entiendes que es una postura razonada y que también tiene sus argumentos".

El joven buenense entró en el club de debate de la universidad durante su segundo curso universitario. "El primer año teníamos en nuestra clase un club, pero nada formal, en el que nos reuníamos para hablar y debatir sobre diversos temas. Luego nos enteramos de que había un club de la USC, fuimos a una jornada de puertas abiertas y aquello nos envolvió de tal manera que acabamos anotándonos", cuenta.

En los concursos debate cada miembro del equipo tiene un rol asignado. Uno es el introductor, que es el que sienta las bases del debate; luego intervienen los primeros refutadores, que señalan las incoherencias y puntos débiles del contrario. Luego están los segundos refutadores, que son los encargados de desmontar y destruir el discurso del contrario, pero sin descuidar la construcción y defensa de sus propios argumentos antes de que el conclusor cierre el debate. Ese papel de destructor a Pedro Martínez no se le da nada mal porque volvió de Murcia con el premio al mejor segundo refutador del torneo. Todo un aliciente para seguir defendiendo el sano ejercicio de la palabra y el debate.