La Protectora de Animais do Morrazo, situada en el monte de Moaña, está saturada, al borde del colapso, y su situación empeora con el paso de los días y con la amenaza de un periodo postnavideño en el que se suelen incrementar los abandonos de mascotas entre aquellos que tienen la mala práctica de comprar animales. La directiva de esta asociación reclama que los vecinos que quieran regalar una mascota opten por la adopción, y recuerdan que cuentan con un alto número de cachorros e incluso perros de raza.

Con una capacidad para unos 70 perros, en estos momentos las instalaciones de Broullón cuentan con 90 animales y otros 30 que acogen en sus domicilio y terrenos particulares distintos voluntarios. La secretaria de la Protectora, Lorena Gago, explica que la situación va camino de ser insostenible, pues solo en las últimas dos semanas han tenido que recoger hasta 20 perros, la mayor parte cachorros que aparecieron en distintos puntos como el entorno de Massó en Cangas, Domaio o el monte de Bueu.

Desbordados por el trabajo, los voluntarios se ven obligados a redistribuir constantemente a los perros, muchos de los cuales deben dormir juntos "agrupados por su tamaño o carácter". Además, el número de adopciones se redujo drásticamente este otoño, pues solo salieron dos mascotas en los últimos dos meses, "cuando en meses más fuertes como el verano pueden adoptar hasta a seis".

La falta de espacio se suma también a los apuros económicos del colectivo que gestiona la instalación "porque debemos pagar las facturas del veterinario cuando están enfermos y si nos avisan de un perro atropellado también tenemos que correr con el gasto".

Por eso, desde la directiva de la Protectora animan a las adopciones pero también a que los vecinos tomen conciencia de que no deben adquirir una mascota si no pueden cuidarla. Hacen también un llamamiento a que los propietarios de perros los esterilicen para evitar camadas indeseadas que debe atender también la Protectora.

Gago reconoce que en los últimos tiempos sienten "el apoyo de muchos vecinos, que colaboran", pero sin embargo la situación no deja de empeora "y no tenemos en donde meter más perros". Alerta además de que sus condiciones "empeoran en invierno, sobre todo para los ejemplares más viejos o con enfermedades".