La historia de la isla de Ons siempre ha despertado la curiosidad de los investigadores como la canguesa Marta Lemos que en 2014 publicó el libro "A bordo das Ons". Detalla la historia de este archipiélago desde la primera información documentada en 899, cuando la isla quedó en propiedad del Cabildo Catedralicio de Santiago hasta la venta al Estado por parte de los últimos propietarios, la familia Riobó. Hace alusión a la casa Montenegro, como dueña de la isla en el XVI que pleiteó con la Iglesia por su propiedad. De la marquesa de Valladares pasó en herencia a su nieto Francisco Quiñones de León a quien se la compró Manuel Riobó. Fue a través de una sociedad con un vecino de la isla Marcial Bernadal que había pedido al marqués de Mos y Valladares alquilarla completa por 6.500 de las antiguas pesetas al año para cultivarla. El contrato fue por 5 años y el marqués se reservaba el derecho de la caza mientras que otorgaba un poder absoluto sobre los colonos que estaban obligados a vender la pesca al arrendatario. Riobó, natural de Cela y médico de profesión que se hizo una posición emigrando a Filipinas, compró la isla con Bernadal en 1919 por 250.000 pesetas, quedando excluidos los terrenos del faro y los derechos de caza, alquilados de forma vitalicia a un médico de Vigo. En 1921 Riobó compró la otra parte de la sociedad. Los colonos ya se alzaban para ser propietarios de sus casas y tierras y Riobó sufrió daños en las fincas. En 1923 llega la escuela a Ons, pero la desgracia invade a la familia. Mueren tres de los hijos de Riobó. Su único hijo Didio siguió con los negocios en la isla, intentó venderla al Estado pero tras el alzamiento militar del 36, apareció muerto, se sospecha que por suicidio. En 1941, el Ministerio del Ejército inicia la expropiación de la isla para destinarla a base militar. Nunca se llegó a construir y después la isla quedó afecta al Ministerio de Agricutlura.