La pesquería de la raya reabrió ayer en una jornada marcada por el temporal en el mar que dejó a muchos barcos amarrados a puerto. No fue el caso del "Camarón III", con base en Cangas, cuyo patrón, Juan José Comesaña, optó por salir por la tarde con la intención de permanecer toda la madrugada en el mar, entre las Cíes y Ons, para largar sus miños con los que suele pescar corujo, rodaballo o centolla y ayer, accidentalmente raya, aprovechando la reapertura. El barco salió en torno a las cuatro de la tarde y sobre las nueve de la noche el patrón manifestaba que tampoco había demasiada raya. Reconoce que no largaron para pescarlas a propósito, y que había bastante temporal. La intención era acudir de madrugada a descargar a la lonja de Vigo.

El patrón mayor de Cangas, Francisco Javier Costa, asegura que prácticamente la totalidad de la flota de este puerto estuvo amarrada o trabajó sólo en el interior de la ría. Entre los barcos que trabajaron estuvieron los los del marisqueo a flote, el erizo, la navaja, el endeño y algo del enmalle. Aunque no se esperaba subasta de centolla en la lonja, finalmente se presentaron unos tres barcos con algo de centolla. Fueron sólo 60 kilos y debido a la escasez, marcada desde el inicio de la campaña el lunes de la semana pasada, los precios fueron altos. El máximo llegó a 24,10 euros el kilo, tal y como confirma el gerente de la cofradía. El precio mínimo fueron 7,50 euros el kilo y el medio fue de 16.

En la Cofradía de Bueu hubo bastante más centolla que en Cangas, al menos unos 200 kilos, y los precios también fueron buenos, muy cerca de los 24 euros el kilo tal y como señala el patrón mayor, José Manuel Rosas. El sector confía en que estos días de temporal haga aflorar más centolla en el mar y las capturas aumenten, si bien ayer no muchos barcos pescaron y los que lo hicieron fueron a las zonas más resguardadas de la ría de Pontevedra.

Hay que recordar que la apertura de la veda de la centolla el pasado lunes 14, estuvo marcado por la escasez de este crustáceo en las lonjas debido a la falta de mar revuelto y a la luna llena que hacía que la centolla no saliera a comer. Tan sólo se subastaron 201 kilos en Cangas y 224 en Bueu, con precios que llegaron a 23 euros en esta última cofradía y a 21,90 en la de Cangas.