El tramo a urbanizar entre el cruce de O Viso e Igrexario tiene practicamente un kilómetro de longitud (980 metros, según figura en el documento básico redactado por la ingeniera Belén Pampín y supervisado por el director provincial de Infraestructuras, Manuel González Juanatey) y la mayoría del terreno es público o de cesión obligatoria, aunque los promotores de la obra no descartan "que sexa necesario afectar algunhas propiedades ao longo do tramo, en zonas concretas". Una cuestión que debería resolverse "a través do diálogo e a boa vontade entre as partes, pois todos sairán gañando coas obras", señalaron en la presentación de la propuesta, que contempla una anchura global de 12 metros con la dotación de dos carriles de circulación de tres metros de ancho cada uno, así como una fila de aparcamientos de 2,40 metros en cada una de las márgenes, seguidos de aceras, aunque una de ellas podría eliminarse y destinar ese dinero en ampliar el trazado.

El compromiso municipal es de aportar 200.000 euros en dos anualidades, mientras que la Diputación asumiría los 850.958 euros restantes. En el último año, el PP ha criticado de forma reiterada la demora en la ejecución de los trabajos.