El secretario xeral del PSdeG PSOE en Pontevedra, Santos Héctor, no consiguió la semana pasada el propósito con el que había llegado a Moaña, que era formar directamente una nueva ejecutiva, sin pasar por el siempre evitable trance de una gestora, como se hizo en Mos. Se trataba de una fórmula para ganar tiempo y para cerrar una crisis inminente, dado el comportamiento crítico que dos concejales del PSOE, Marta Freire y Salvador Meira, mantiene con las actuales directrices del partido, llegando incluso a amenazar con abandonarlo por el hecho de que la gestora nacional propusiera el voto de abstención en el Gongreso de Diputados y que permitió gobernar a Mariano Rajoy.
Santos Héctor encontró dificultades en su primer intento de forma la ejecutiva, como las encontró ya antes, cuando no tuvo colaboración por parte del grupo municipal para rearmar el PSOE en Moaña tras la dimisión del secretario local, Xosé Manuel Ogando.
Santos Héctor se reunió ayer con los miembros del grupo municipal socialista. Pero no hubo grandes novedades, nada distinto de otras veces para formar una gestora. El secretario xeral de los socialistas de Pontevedra de nuevo se hundió en el pantano de O Morrazo. No muestra la mano firme que esperaban los veteranos socialistas de Moaña y entra en un despropósito de reuniones que dan protagonismo a los concejales díscolos. Ayer se habló de quienes deben componer la gestora, la coordinación entre ésta y el grupo municipal y deberes para las elecciones de 2019. Se están dando pasos que se evitaron en Mos. Da el mismo trabajo elegir una gestora que una ejecutiva y, además, en la mayoría de los casos acostumbran a ser los mismos.
Pero no todo culpa de este retraso es de Santos Héctor, quienes critican la actual situación deben dar un paso hacia delante y mostrarse al secretario xeral para que sepa que puede contar con ellos; pero esto no sucede. Así que como en otros muchos sitios, gestora es sinónimo de grupo municipal, algo que se suponía era lo que no quería precisamente Santos Héctor. Entre la militancia se recela de una gestora apegada a los críticos y lo contrario.
