En octubre de 2014 llegaron en barco a la isla cuatro yeguas y un macho, y se trasladó al continente a ocho de los nueve ejemplares mostrencos descendientes de los que había soltado el marqués de Revilla. El noveno, una yegua, permaneció en la isla porque no fue posible capturarla. Dos de las yeguas ya estaban preñadas y parieron poco después, elevando el censo a ocho cabezas, y, luego, tanto éstas como las otras tres tuvieron potros, por lo que actualmente conviven ya 13 ejemplares, doblando la población original. Varios de ellos portan un collar con dispositivo GPS, que permite controlar sus movimientos por la isla, vía satélite.

El fin de semana, dos veterinarios autorizados por la Xunta y vinculados a Puraga acudieron a Sálvora para identificar a los equinos y chequear su estado de salud. Examinaron las dentaduras y les tomaron muestras de sangre para analizarlas en el laboratorio. También tomaron nota de las señas morfológicas. Además, entre todos los participantes, voluntarios de la asociación Cabaleiros do Morrazo, trabajadores y visitantes de la isla procedieron a bautizar a la primera generación de potros nacidos en Sálvora.