Imposible encontrar opiniones unánimes sobre el sentido o la apariencia del Sireno. "Para mí no es especialmente bonito, más bien al contrario, pero reconozco que el paso del tiempo lo ha convertido en símbolo de la ciudad y eso no puede decirlo cualquier obra", opina Laura Díaz. Beatriz Pereira, por su parte, reconoce su valor y significado para los vigueses. "Guste o no guste, Vigo perdería mucho sin esta obra. Representa una parte muy importante de la ciudad como es el mar, igual esta figura no era la mejor forma de representarlo, pero eso no cambia lo que simboliza", considera Pereira.

Sergio Laredo destaca el cambio que supuso para la zona. "Yo creo que si Porta do Sol creció fue gracias al Sireno. Cambió la forma de la calle, la disposición de toda la zona. Bonita no será, pero sí fue un acierto", señala.