Gran ambiente en el salón de plenos del Concello de Cangas donde se entregaba ayer el XVII Premio Daravelo, que entrega la asociación de vecinos del mismo nombre, de Darbo. En esta ocasión, la junta directiva que preside Antonia Martínez decidió conceder este año el galardón a la Asociación Cultural "A Cepa" y a su fundador Fernando Cuñarro Pintos. Allí estaban en alcalde Xosé Manuel Pazos y varios miembros de la corporación municipal, además de muchos de los que habían llevado antes el ya prestigioso premio Daravelo: Bernardino Graña, Carmen Avendaño, Manuel Méndez, Manuel Vilariño, Manuel Coya y Manuel Lago Paganini, entre otros. El alcalde recogió el reto que lanzó Fernando Cuñarro de cumplir un acuerdo plenario de 2001, en el que a propuesta del concejal Xoán Carlos Chillón (BNG) el Concello de Cangas se comprometía a elaborar el Centro de Documentación de Historia Local.

Por su parte, la presidenta de Daravelo, Antonia Martínez, recordó los inicios de A Cepa en su discurso. Habló de que Fernando Cuñarro se puso en su momento al frente "dun exército cultural de vangarda". Alabó la función pedagógica de A Cepa y el esfuerzo que realizar para rescatar fotografías y biografía de "a nosa grande e prolífica memoria histórica". La presidenta de A Cepa, Pilar Ferrari, hizo un recorrido por la actividad de este asociación que, efectivamente, cogió fama por rescatar la memoria cotidiana de Cangas. Mencionó como nació, en el Centro de Educación Permanente de Adultos de Cangas el 16 de junio de 1995.

Fernando Cuñarro, que espera que no caiga de nuevo en saco roto lo del Centro de Documentación de Historia Local, mencionó que "moitas veces temos escoitado dicir que fan máis por Cangas os que v teñen de fóra que os propios de aquí! E iso ten algo de verdade. O que vén de fóra ten que aprender o que hai , e ten que entender como foi e como é a vida dos veciños que o acollen". Fernando Cuñarro llegó como maestro a Cangas para trabajar en la Escola de Adultos , donde escuchaba hablar de Pepe Poeta, de Cecilio Rial y de Serafín, o "poeta carterista" y las alumnas contaba historias de su labor en las conseveras, de japoneses y marroquíes que viñeron a trabajar en la ballenera. "O filósofo Zenón de Elea deixou escrito que todos temos dúas orellas e unha boca para que esoitemos o dobre de tempo do que falamos. Así foi como escoitando moito do que falaban compuxemos libro As Mulleres da Conserva, recollendo as súas vivencias", manifestó Cuñarro.