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Arrojan al mar las cadenas que evitaban aparcar en el atrio de la iglesia de Moaña

El párroco las había instalado porque cree que este espacio debe tener un uso exclusivo religioso -Es la segunda vez que las roban

Cartel en donde se advertía de que el atrio es de uso exclusivo religioso. // G.N.

Las cadenas que el párroco del Carmen de Moaña, José Luis Muñiz, colocó en el atrio de la iglesia para evitar que los coches estacionaran como si se tratara de un aparcamiento público, acabaron en el mar. El párroco, que llegó a Moaña hace ahora tres años, se encontró que el atrio estaba siendo utilizado como un aparcamiento público y quiso poner fin a esta situación ya que considera que el atrio tiene una privacidad y debe ser utilizado sólo como aparcamiento para las personas que acuden a un oficio religioso. Hay gente que deja el coche todo el día, incluso toda la noche, advierte

Sin embargo, sus intenciones se vieron truncadas en dos ocasiones cuando robaron las cadenas, la segunda vez hace unos veinte días. habían desaparecido y un vecino las encontró en el fondo del mar, junto al paseo de Seara. El párroco confirma que la primera vez que las robaron fue hace ya un tiempo y, entonces, dice que compraron y pusieron otras más fuertes en la entrada al atrio. Entiende que alguien enfadado con este cierre y que considera el atrio de su propiedad, arrancó las cadenas y las arrojó al mar en un acto que reprocha porque "no se respeta la privacidad".

Por el momento, el atrio ha quedado abierto y aparcan vehículos, como era costumbre en Moaña en los últimos años. Hay que recodar que la iglesia del Carmen se encuentra en la travesía Ramón Cabanillas con un problema de falta de aparcamiento, de ahí, a lo mejor, el malestar por su cierre.

Desde que asumió la parroquia, José Luis Muñiz ha gestionado varios arreglos, como el del tejado de la iglesia, por donde entraba mucha humedad y asegura que ahora está gestionando financiación para acabar el proyecto de la iglesia, con la construcción de los campanarios que quedaron sin ejecutar. El presupuesto de cada torre asciende a 50.000 euros y el párroco considera que puede ser factible con ayudas y subvenciones. Para las obras del tejado, presupuestadas en 167.000 euros, se pidió la colaboración vecinal.

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