El titular del juzgado de Instrucción número 3 de Cangas, David Pérez Laya, dejó ayer por la tarde en libertad al patriarca del clan de los Morones, Olegario Giménez, que permanecía en arresto domiciliario desde el mes de abril de este año. No se le impuso fianza económica ni tampoco medidas cautelares, que le impidan acercarse a los mercadillos o realizar su trabajo de vendedor ambulante. Seguirá figurando en la causa Operación Vida, contra la extorsión en los mercadillos, como investigado y con la obligación de presentarse en el juzgado los días y y 15 de cada mes.

Era la tercera vez que el abogado Ramón Montenegro solicitaba al juez la libertad de su defendido. Ahora el instructor David Pérez Laya accede a la petición al entender que ya no puede existir influencia del patriarca de los morones sobre los testigos protegidos porque ya declararon todos, según comenta el propio Ramón Montenegro, que además considera que pudo pesar también en la decisión del juez que ninguno de los testigos protegidos declaró haber recibido directamente amenazas de su defendido Olegario Giménez. Recuerda que se lo preguntó a todos. El juez mantiene su decisión de mantener prisión provisional para los hijos de Olegario Giménez: Sinaí, Juan Paulo, Saúl y Marino, dispersos en diferentes prisiones de Asturias y Galicia.

Horas antes a que el juez instructor decretara la libertad de Olegario Giménez, declaró en el juzgado número 3 el presidente de la Asociación Galega de Ambulantes y Autónomos, Francisco Romero Alvite. Acudía en calidad de testigo y sus manifestaciones delante del juez fueron una verdadera bombona de oxígeno para los letrados de los morones. El hombre que había denunciado en su momento ante la Fiscalía el conflicto del destierro, el que presumía de haber sido el primero en denunciar extorsiones en los mercadillos de la provincia y calificó al Sindicato Gitano que controlaba Sinaí Giménez como algo rancio y racista, el que dijo que "confiamos en que las detenciones sean solo un primer paso" cuando se inició la Operación Vida, negó amenazas por parte de los morones, manifestó que mantenía buena amistad con Olegario Giménez, que le vendió calcetines ejecutivos a su mujer, Flora Jiménez y que nunca recibió amenazas por parte de Sinaí y los hermanos Giménez. Echó por tierra el famoso destierro de los zamoranos, que él mismo había denunciado ante Fiscalía en su momento. Ahora dice que se trató de un acto de solidaridad con los cuatro pastores evangélicos y que se marchó de Galicia quien quiso. Aseguró que en la nueva cooperativa que formaron los zamoranos tras independizarse de los morones ya existen sus más y sus menos por su control. Cargó en su declaración contra los políticos, a los que responsabilizó del desastre de organización de los mercadillos. Siempre insistió en que los Concellos no controlaban la legalidad de los mercadillos.

Estas declaraciones responsabilizando de mucho de los males de los mercadillos de la provincia van a provocar que los letrados llamen a los regidores de Concellos como Cangas, Barro, Moaña, O Porriño, Vigo y Redondela, entre otros. Fue una petición que realizó un letrado en la sala y a la que se unieron todos los demás. Así que a partir de ahora pasarán también por el juzgado número 3 de Cangas los alcaldes de las localidades mencionadas, lo que supone que se alargue más todavía el proceso de instrucción de esta causa.