Las obras para convertir el Corredor do Morrazo en una autovía siguen a un alto ritmo en su primer tramo y a partir de este lunes obligan a cortar el carril de acceso directo desde la AP-9 hasta el propio Corredor. La empresa constructora del primer subtramo de autovía, Copasa, comunicó a la Administración este corte que será continuo a partir del lunes y tendrá una duración mínima de tres meses. Hasta febrero de 2017 no está previsto que reabra el carril.

Se cierra para la realización de trabajos en taludes y en la propia calzada, por lo que todo el tráfico que proceda de la AP-9, tanto desde Vigo como desde Pontevedra, será desviado por la propia rotonda de Domaio, como enlace obligatorio para acceder al Corredor. El cierre de este carril se hará efectivo el lunes a las 10.00 horas.

El proyecto del primer subtramo de autovía, entre el comienzo del Corredor y la salida de San Lourenzo, contempla también la construcción de un enlace directo entre la futura autovía y el puente de Rande, de ahí que sean necesarias estas profundas obras en este espacio. De hecho, ya se está construyendo la base para el pilar del futuro viaducto que enlazará de forma directa ambas carreteras de alta capacidad. La base se está realizando sobre la propia rotonda de Domaio, que se encuentra vallada y cuyos olivos decorativos fueron trasladados hace meses a la glorieta de enlace con la variante de Marín.

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Se trata del corte de tráfico planificado más importante desde que arrancaron las obras de desdoblamiento. Hasta ahora la mayoría de las afecciones a la circulación consisten en desvíos temporales durante las voladuras. Solo hace dos semanas, cuando fue necesario fijar un talud del que se habían desprendido piedras sobre la carretera, los primeros seis kilómetros del Corredor fueron cortados durante un día entero.

Esta misma semana se produjeron desvíos por nuevas voladuras que causaron, como principal impacto a los usuarios, retenciones de unos 20 minutos en el cruce entre la carretera provincial de Meira de Arriba y la carretera general PO-551. Los atascos se debían a que el semáforo que regula este cruce permanece solo 12 minutos en verde.

El miércoles, tras la iniciativa del Concello, se empezaron a avisar de dichos cortes puntuales, con una duración máxima de media hora, a la Policía Local. Un agente reguló el cruce permitiendo que los coches que procedían del Corredor se incorporasen a la carretera general durante más tiempo en cada turno, reduciendo así el impacto de los desvíos en el tráfico en las carreteras interiores del municipio. El compromiso es llevar a cabo estas regulaciones con agentes municipales cada vez que se repitan las voladuras.

En el primer subtramo de la futura autovía la Xunta invierte 20 millones de euros. El plazo de ejecución es de 24 meses, aunque no se descarta que los tiempos se acorten, pese a los problemas que surgen en actuaciones como las voladuras de alguna zona de taludes. Además de la conexión con la AP-9, están en marcha dos de las actuaciones más costosas y llamativas de este subtramo, como es la construcción de un segundo Viaducto da Moura, cuyos pilares son ya claramente visibles, o la construcción de un nuevo túnel de Montealegre, hacia la cara sur, en donde un equipo de arqueólogos excava y recupera todas las piezas que puede de la entrada del antiguo castro de Montealegre, pues se verá afectado por esta actuación. Se trata de un tramo lineal de 3,2 kilómetros de autovía.

En el segundo subramo, entre los puntos kilométricos 3+250 y 7+300, la empresa Dragados se encuentra en plena ejecución de la primera fase de las obras. Tienen un plazo de ejecución de 18 meses y extenderá la futura autovía hasta el enlace de Meira.

Última fase

En su reciente visita a las obras la conselleira de Infraestruturas, Ethel Vázquez, confirmó la intención de licitar el tercer y último subtramo, hasta la primera salida de Cangas, antes de que finalice el presente año. Aunque esta medida está condicionada a que el gobierno de la Xunta logre aprobar antes del 31 de diciembre los presupuestos autonómicos para 2017.