En vísperas de cumplir dos meses cerrada por reformas (desde el pasado 22 de agosto), la piscina municipal de Cangas, "A Balea", reabre hoy al público todas sus instalaciones, aunque con algunos "flecos" pendientes que podrán terminarse en las próximas semanas sin necesidad de interrumpir las actividades, según indican desde el Concello. Las obras se han prolongado más del doble de lo anunciado, pues la previsión oficial era recuperar la normalidad a principios o mediados de septiembre, pero los cálculos fallaron por mucho. En los últimos días, la empresa ha llenado de agua los vasos y ayer se recibió por escrito el informe de Sanidade que confirma su idoneidad, aunque las actividades dirigidas, como el Programa de Natación Escolar, no comenzarán hasta el lunes, según anuncia el concejal de Deportes, Xoán Chillón.

Los promotores han lidiado en este tiempo con errores de cálculo, el descubrimiento de "vicios ocultos" y las dudas sobre quién debe financiar las obras que han impedido reabrir en plazo, generando críticas de usuarios y de los grupos políticos en la oposición municipal por la falta de previsión y los compromisos incumplidos. La intención del gobierno local y de la empresa concesionaria era aprovechar el epicentro de la época estival, a mediados de agosto, para cerrar los dos vasos de baño y realizar obras de mejora, con el objetivo de "dotar de máis calidade de servizos" a las instalaciones. El arreglo y sustitución del pavimento sintético de la zona de playa y de los vasos de jacuzzi, así como de la temperatura en los vestuarios, la dotación de material de duchas (luces, colgadores, suelo y jaboneras, entre otros), la ampliación de la zona de gimnasio, -que es una de las carencias advertidas desde su construcción y que aún no está del todo solucionado- o mejorar la accesibilidad y adaptabilidad con una grúa para personas con movilidad reducida estaban en la agenda de Chillón y de la concejala de Obras e Servizos, Mercedes Giráldez, aunque a día de ayer quedaban "cousas pendentes, pero a reapertura xa no se pode demorar máis", reconocen.

Tarifas reducidas

El cierre de las instalaciones impide cobrar a los usuarios, lo que repercute en el déficit del servicio. Cuando comenzaron los trabajos de reforma, la concejalía anunció que, para "compensar" este inconveniente, todas las cuotas de los abonados activos se reducirían en un 50%, por lo que se pagaría la mitad por el recibo del mes de agosto, quedando el de septiembre a expensas de la evolución de los trabajos. Pero ese mes transcurrió con las instalaciones de A Balea cerradas, y el de octubre encara ya su última semana. Chillón también adelantó en agosto que se ejecutaría una segunda fase de mejoras más adelante, en principio a partir del mes de octubre, "cunha nova dotación de material que permita satisfacer as principais demandas dos usuarios/as". Ayer prefirió no concretar qué está hecho y qué falta por hacer, ya que la "prioridade" es reabrir las instalaciones para evitar más perjuicios a las centenares de personas que lo demandan.