El puente de Rande recupera poco a poco su tráfico tras el desplome que siguió al estallido de la crisis. Por tercer año consecutivo el viaducto gana conductores. Y lo hace además logrando sus mejores resultados del último lustro, con una media de 57.300 vehículos cada jornada entre enero y septiembre. Son 1.600 más que los anotados durante el mismo período de 2015. El año pasado ya se había cerrado con un importante repunte de conductores que rozó el 5% y dejó dejó sentir sus efectos en las cuentas de Audasa. La titular de la AP-9 disparó ese ejercicio un 56% sus beneficios hasta alcanzar los 45 millones de euros. Según el último informe remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), entre enero y diciembre ingresó por el pago de los conductores 134 millones. A la vista del repunte de conductores de este año el dato será mayor en 2016.

A pesar de esos pingües beneficios la concesionaria sigue demorando la solución de varios problemas en Vigo. Entre ellos uno de los más antiguos, acuciantes y que además se ve agravado por el aumento del tráfico es la contaminación acústica. Cinco mil familias que viven entre Chapela y Urzáiz padecen a diario el ruido que genera la AP-9. Según un estudio elaborado en 2012 por encargo de Audasa, 600 viviendas y 1.600 vecinos que residen en Teis, en el entorno de la autopista, soportan un volumen de ruido de 65 decibelios (dB). 13.500 personas viven expuestas además a más de 55 db, el máximo que contempla la ley para zonas con uso sanitario o educativo.

Esa situación provocó las quejas de numerosos vecinos de Teis y Chapela, que exigen soluciones que reduzcan las molestias, como pantallas acústicas o un firme absorbente de ruidos. A pesar de que el tramo entre Vigo y Pontevedra se estrenó hace ya más de tres décadas, en 1981, y de los elevados beneficios que logra año tras año la concesionaria, Audasa aún no ha atajado ese problema. A principios de septiembre Xunta y Concello apremiaron a la empresa a que tomase medidas. Esta última institución incluso le recordaba que el pleno del 4 de julio acordó exigirle por unanimidad que solventase la contaminación acústica.

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Otra administración que le ha exigido que ataje de una vez el problema es Fomento. A finales de junio -aún con Ana Pastor al frente- el ministerio instaba a la concesionaria a instalar elementos que frenen el ruido, en concreto pantallas y firme absorbente. A raíz de esa exigencia Audasa modificó el proyecto original de ampliación de los accesos de la AP-9 -obras ahora en marcha, junto con las de Rande- para que los incorporasen. Aunque los vecinos afectados esperan desde los años 80 por esta solución la medida se hizo especialmente necesaria en 2011, cuando el desvío de los camiones en Sanjurjo Badía llevó a cientos de trailers a circular a diario por la AP-9. Según datos oficiales en 2012 circulaban más de 3.200 camiones diarios.

Otra de las "tareas pendientes" de la concesionaria es reformar el acceso de la autopista en Teis. A finales de junio se lo reclamaba el alcalde, quien recalcaba la "necesidad" de un "planteamiento nuevo" para ese espacio. "Tiene que ser alterado en su concepto global. Es necesario un planteamiento nuevo para atajar el ruido, pero también para paliar la deshumanización que presenta ese vial en su conjunto", señala entonces Caballero: "Hay que reformarla para adaptarla a los nuevos tiempos y las exigencias que los ciudadanos demandan, y con razón".

"Solicito a Audasa que facilite un acceso de entrada a la autopista desde Buenos Aires en dirección Vigo y que al mismo tiempo haga otro de salida en Buenos Aires para quienes salen desde el centro de la ciudad. Este tramo es a todos los efectos urbano, y de hecho ya no es considerado autopista, así que lo lógico es que la concesionaria haga una salida y una entrada por ese punto de Vigo", planteaba entonces el primer edil olívico.

En la actualidad la concesionaria se encuentra inmersa en las obras para ampliar la capacidad de los accesos de la AP-9 y Rande. Los trabajos los acomete una UTE contratada por Audasa tras presentarse a un concurso con una propuesta cuyo coste asciende a 130 millones. Como contrapartida a esa inversión se le permite a la responsable de la autopista una subida extraordinaria anual de sus peajes del 1% durante 20 años, al margen de la actualización ordinaria.

Ayer FARO avanzaba que la concesionaria no ha hecho frente a las tasas portuarias por el aprovechamiento de lámina de agua y su actividad en el puente, lo que le acarreará una mula de 66.000 euros.