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Historia de una devoción Historia de una devoción

La patrona de Bueu se pone "guapa"

La Confraría de Pescadores San Martiño de Bueu y la comisión de fiestas financian la restauración de la talla de la Virgen del Carmen

Imagen del año 1915, con la anterior imagen de la Virgen del Carmen al fondo. Delante van San Martiño (tapado por el árbol) y San Roque. En esta época aín no estaba urbanizada la calle Ramón Bares y el atrio era mucho más amplio. // Cedida por Asociación Cultural Santos Reis

El entorno del altar mayor de la iglesia parroquia del Bueu es estos días una especie de quirófano, con pinceles, pinturas y todo tipo de productos. La paciente en cuestión es la talla de la Virgen del Carmen, patrona de la localidad y de los marineros, una imagen que afronta la que es, al menos, su tercera restauración en más de medio siglo de vida. La restauradora Eva Fontoira Baró trabaja junto a su equipo para restaurar la policromía de la imagen y reparar las pequeñas lagunas y daños que ha sufrido la madera durante los últimos años. El encargo parte de la Comisión de Fiestas de Bueu, que lo financia con parte de los donativos que recibe cuando acude a pedir para las fiestas y con la aportación principal de la Confraría de Pescadores de Bueu.

El pósito fue precisamente quien impulsó la anterior restauración, que data de hace 17 años, y en el informe técnico realizado entonces se atribuye la autoría de la imagen al taller de los hermanos Rivas, de Santiago. Hay algunas discrepancias en cuanto a la cronología exacta de la talla: según ese documento se pudo realizar hacia el año 1933, mientras que en el libro "Reconocer Bueu", de José María Estévez, se apunta que la imagen es del año 1950. Lo que sí está confirmado es que fue también la cofradía de pescadores del momento quien encargó la talla, para sustituir la anterior, y quien la costeó, pagando un precio de 10.000 pesetas de la época. El taller de imaginería de los hermanos Rivas era de los más prestigiosos de la época y realizaron más encargos en Bueu, como la talla de San Roque o la de los Santos Reis que está en la cercana capilla de O Valado.

La imagen tiene unas dimensiones más que considerables, superando los dos metros de alto y casi 1,5 de ancho. "La cara inspira al verla la sensación de dulzura y tranquilidad. En sus brazos lleva al Niño Jesús, cuyas facciones demuestran una ternura propia del mismo. A los pies de la Virgen, y encima de un mar embravecido se sitúa un bote hundido y dos marineros de una gran fuerza plástica que en sus rostros reflejan el dramatismo de la situación", describe el anterior informe de restauración.

La actual restauradora concuerda a la hora de hablar de la calidad de la talla. "Está realizada con una madera buena y dura. Es uma talla con mucha expresividad, moviemiento y volumen", apunta Eva Fontoira. El estado general de la imagen es bueno y lo más importante es que no se detecta la presencia de insectos xilófagos, que se alimentan de la madera. "Los problemas de conservación que tiene se derivan de los cambios de temperatura porque se saca al exterior, el hecho de que sale en procesión por el mar, así como las horas que puede pasar al sol o si le llueve. Es algo normal porque se trata de una imagen de uso, para salir en procesión", explica la restauradora. A ello se une su enorme peso, que hace que los porteadores en un primer momento la agarren por donde buenamente puedan para subirla al andia y luego al hombro.

Primera restauración

La primera restauración de la que se tiene constancia data de 1975, poco después de las fiestas de aquel año. El encargado del arreglo fue Jesús Rivas Varela, descendiente de los artesanos del taller original, y el trabajo fue costeado por la Cofradía de Pescadores. Los documentos de la época atestiguan que el presupuesto era de 30.000 pesetas en mano de obra y otras 4.000 por el transporte de Bueu a Santiago y regreso. Sin embargo el precio final fue ligeramente superior debido a que la talla se encontraba en peor estado de lo que se pensaba por lo que el coste definitivo en mano de obra llegó a las 33.000 pesetas.

La documentación existente indica que en Bueu ya había una imagen de la Virgen del Carmen hacia el año 1500 e incluso en la capilla de Santa Cruz había una capellanía exterior anexa dedicada a ella. También hay constancia de que en 1700 existía una Cofradía del Carmen en Bueu, que tenía una asignación anual de 457 reales y 7 marevedíes, sin contar limosnas y otro tipo de aportaciones. Uno de los capellanes de los que se tiene constancia de que se encargó de esta capilla era el clérigo Atán Luis Freire, que era natural de la parroquia de Cela.

El Libro de Fábrica de la iglesia de Bueu deja constancia que, al menos hacia 1836, esta cofradía y el resto de las existentes habían desaparecido. La antigua iglesia románica de Bueu fue reedificada pocos años más tarde por el actual templo. En el año 1886 hubo un donativo de 1.000 reales para la construcción de una nueva talla del Carmen, que se encargó en Barcelona, en la Casa Verga y Cía, y que no se concluyó hasta 1887. Poco después, en 1890 los vecinos de Bueu residentes en Buenos Aires donaron 3.500 reales que deberían ser para la construcción de un altar para la Virgen, un dinero que trajo Celestino Piñeiro, junto a otros 200 reales aportados por Juan Vergés, que también vivía en Buenos Aires.

Hoy en día la procesión del día del Carmen se divide en dos partes, trasladando la imagen de la patrona en un tractor después de la misa del mediodía hasta la lonja. Pero no siempre fue así, ni mucho menos. Durante la década de 1950 la actual imagen era llevada a hombros por la calle Ramón Bares, Montero Ríos y se llegaba a la antigua capilla de Pescadoira. Hacían falta al menos una docena de hombres para su traslado.

Fue a principios de la década de 1960 cuando se compró un carro para trasladarla, para lo que incluso hacía falta la colaboración de los alumnos de la Escuela Naval de Marín para "frenar" el carro en las pendientes mediante cuerdas. Más adelante ese remolque se enganchaba a un tractor de la antigua fábrica de Massó y en la actualidad a un tractor agrícola. Con la construcción de la nueva lonja, a finales de la década de 1990, también se optó por trasladar al interior del edificio la misa de campaña en honor a la patrona de los marineros.

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