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La mejor cara de Lugrís en el Museo Massó

El museo de Bueu afronta la restauración de tres obras de gran formato que el artista realizó en 1948

Una de las tres pinturas a restaurar, con un cruceiro en el centro y motivos marineros. Mide 1,35 metros de alto y 6,7 de largo. Museo Massó

La especial relación del pintor Urbano Lugrís con los Massó es una de las razones por las que el museo que lleva el nombre de la familia sea uno de los principales poseedores de obra del artista gallego. Algunas de sus pinturas se pueden ver justo a la entrada del recinto, mientras que otras permanecen custodiadas debido a su delicado estado de conservación y ante la falta de espacio para exponer todos los fondos. El museo afronta ahora la restauración de tres de esos cuadros, todos ellos de gran formato y que fueron pintados hacia el año 1948.

La restauración de las pinturas es necesaria debido a la particular técnica que empleó en su momento Lugrís. "Tenía una técnica muy personal, que aún no está muy bien estudiada. Usaba una serie de pigmentos y agua sobre la tela y la conservación no es fácil", explica la directora del Museo Massó, Covadonga López de Prado. El otro inconveniente para su buena conservación es el gran tamaño de las obras, que van desde los cuatro metros hasta los 7,5 metros de longitud. "Eso implica que los bastidores, que son las piezas de madera que están en la parte trasera y a las que está sujeta la tela, se deformen si no están bien tensado. Eso a su vez conlleva la aparición de grietas en la pintura", añade la directora del museo.

La única pintura que está expuesta ahora, en la entrada del Museo Massó, y que mide 1,35 metros de alto por casi 4 de largo. Museo Massó

Los tres cuadros que se van a restaurar son de la misma época, tiene temática marinera y Urbano Lugrís no puso nombre a ninguno de ellos. De hecho aparecen en los fondos como "Sin título". En el momento en el que los elaboraba el artista trabajaba también en el proyecto para la reedificación de la capilla de Santos Reis, que le había encargado José María Massó.

La restauración la llevará a cabo Cristina Cobos, una restauradora con más de 25 años de experiencia. El trabajo se realizará en dos fases y por ahora solo está presupuestada la primera. "Lo principal ahora es restaurar la capa pictórica para que los cuadros se puedan mover sin riesgo de desprendimientos de la pintura", apunta Covadonga López de Prado. Este trabajo debe hacerse de manera simultánea sobre las dos caras de la tela. Para más adelante quedará la segunda etapa, en la que se trabajará sobre los bastidores que sujetan el lienzo.

Las dificultades para mover las pinturas, tanto por su estado de conservación como por sus grandes dimensiones, obligarán a que con toda probabilidad la restauradora trabaje en las instalaciones del museo abiertas al público. Esto a su vez puede ser un aliciente para los visitantes, que podrán conocer de primera mano cómo se restaura una obra de arte. Las tareas comenzarán a partir de la próxima semana y los técnicos calculan que se necesitarán al menos dos meses y medio para que estos Lugrís vuelvan a lucir su mejor cara.

La pintura más grande de las tres a restaurar, con casi 7,6 metros de longitud. Museo Massó

Un conjunto pensado para decorar el comedor de las trabajadoras de la antigua conservera

Las tres pinturas que se procederá a restaurar a partir de la próxima semana forman parte de un conjunto que la familia Massó encargó a Urbano Lugrís para decorar el comedor de las trabajadoras de la fábrica. De hecho se colgaron en sus paredes mientras este recinto se mantuvo activo. Luego pasaron a formar parte de la colección del Museo Massó y estaban en la planta baja, donde hoy está la sección dedicada a la conserva. Las pinturas ya fueron objeto de una restauración antes de la apertura del museo, en el mes de julio de 2002. Poco después de su apertura el Museo Massó le dedicó al artista una gran exposición titulada "Lugrís, Señor dos Pazos do Mar", que sirvió para exponer en Bueu uno de los cuadros más emblemáticos del artista: el "Políptico de la navegación".

La restauradora que se hará cargo de los trabajos también se encargó de la restauración de otras obras que que han pasado por el museo buenense. Es el caso de los iconos rusos que formaban parte de la Colección Santos Illueca, que se expuso en Bueu durante el año 2005. Estos iconos han sido adquiridos recientemente por la Xunta de Galicia para el Museo das Peregrinacións de Santiago y Cristina Cobos se encargó previamente de su restauración.

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