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Aires gallegos para la "Jota" de Carlos Saura

El bailarín cangués Miguel Sotelo.

Hoy llega a los cines "Jota", el nuevo proyecto cinematográfico de Carlos Saura. El director aragonés, que en ocasiones anteriores se había acercado a músicas como el fado, tango o flamenco firma ahora un documental sobre una de las expresiones culturales y artísticas más reconocidas de su tierra aragonesa: la jota. En este proyecto ha contado con artistas de primer nivel y con bailarines de varios puntos de España. Entre ese elenco de bailadores había un único gallego: el joven cangués Miguel Sotelo, que fue seleccionado hace justamente un año después de un casting en el que estaba el propio Carlos Saura acompañado del gaiteiro vigués Carlos Núñez.

Miguel Sotelo seguirá el estreno de "Jota" desde la ciudad suiza de Ginebra, donde se encuentra desde el fin de semana para impartir clases de baile tradicional en el centro gallego dentro de un programa de la Xunta de Galicia. "A experiencia da gravación foi moi boa, moi satisfactoria. Nunca antes participara na rodaxe dunha película e menos para o cine. Foi algo novo para min e moi gratificante", explica.

Todo esto comenzó hace algo más de un año, cuando Carlos Núñez envió a través de las redes sociales una convocatoria en la que pedía a los interesados un video bailando, ya fuese solos o en pareja. El bailarín cangués decidió probar suerte y al cabo de unos meses fue llamado para acudir a un casting final en Vigo. Eran ocho finalistas y para elegir a los que finalmente se pondrían delante de la cámara estaban el propio Carlos Saura; el coreógrafo de la película, Miguel Ángel Berna; Carlos Núñez y varios asesores y ayudantes del director aragonés.

La contestación llegó al cabo de pocos días, en noviembre del año pasado. Una respuesta rápida que requería una reacción aún más rápida. "Chamaron para dicir que fora o único seleccionado e que de alí a tres días tiña que ir a Madrid para a gravación", recuerda Sotelo. Él era el único bailarín gallego, aunque no el único representante de Galicia. Allí estaban el propio Carlos Núñez y las pandereteiras de Lilaina. También estaban miembros de orquesta ibérica Coetus, gaiteiros de toda la península y el bailarín vasco Jon Maya, con el que compartió escena.

Miguel Sotelo junto a Carlos Saura y Carlos Núñez. Cedida

El primer día de grabación estaban citados ya a primerísima hora de la mañana para aspectos relacionados de vestuario y maquillaje. "Logo fixemos un ensaio... e a gravar!", recuerda el cangués. Saura se mostró "cercano" en todo momento y se encargaba de supervisar todo el proceso y de dar el visto bueno a lo que se veía en la pantalla. Las instrucciones concretas a Miguel Sotelo y a Jon Maya se las transmitía el coreógrafo Miguel Ángel Berna, aunque dandole "total liberdade" para coregrofiar su parte.

La escena que grabaron ambos bailarines es una especie de mix de varias jotas que dura unos cinco minutos. La grabación fue rápida, sin necesidad de repetir muchas tomas, salvo las necesarias por cambios de planos y audios. A modo de anécdota Miguel Sotelo recuerda que tuvieron que grabar una toma de prueba, a modo de ensayo. "Dixeron que non nos esforzasemos moito, que sé era un ensaio e que logro gravabamos a boa". Sin embargo, al concluir les dijeron que había quedado "estupenda" y que grabarían solo una toma más "por se acaso". "A gravación foi realmente moi doada", insiste.

El elenco completo, con Sotelo segundo por la izquierda. // Cedida

El bailarín cangués cuenta ya con una dilatada trayectoria en el mundo de la danza, tanto como integrante de grupos como Lembranzas da Ría, Projecto Trepia, O Fiadeiro, entre otros, como en su faceta de profesor en las escuelas de diversas agrupaciones y desde hace más de 20 años baila en la tradicional danza y contradanza de Darbo. "Para min é unha honra e un grandísimo recoñecemento ao meu traballo e traxectoria poder participar nun proxecto como este. É un premio moi grande porque unha película de Carlos Saura xa é falar de palabras maiores", reconoce Miguel Sotelo.

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