La actividad ganadera ya es una realidad en el monte vecinal de la parroquia moañesa de Meira. Los comuneros recibieron el pasado 14 de agosto las cabras que habían adquirido a una explotación de Cervantes, en la comarca lucense de Os Ancares. En un camión llegaron al monte comunal 100 cabezas de ganado hembras y tres machos, que de momento se han adaptado a la perfección a su nuevo hábitat. Desde la Xunta de Montes señalan que en estos traslados es habitual que se produzca la muerte de algún ejemplar por cambios en la alimentación o el clima, pero de momento no sufrieron problemas de este tipo.
Los tres trabajadores fijos de la cuadrilla de montes y los dos empleados temporales se encargan de vigilar las cabras que pastan en un cercado ubicado en la zona de la Casa dos Parentes.
En febrero de 2015 la asamblea de comuneros había dado el visto bueno a este proyecto para garantizar el futuro del monte. Y es que la intención es diversificar los ingresos de la comunidade ante el estancamiento del precio de la madera de eucalipto desde hace 20 años.
Ahora ya es una realidad. De momento los tres ejemplares machos están separados del resto de cabras. Entre finales de octubre y noviembre será el momento del apareamiento, pues se espera que los cabritos nazcan en marzo o abril, cuando hay más pasto y su supervivencia estará garantizada, según explican desde la Xunta de Montes.
Se venderán los cabritos macho que nazcan mientras que las hembras se quedarán en el monte de Meira. Se calcula que en unos 4 ó 5 años los comuneros podrán estar criando hasta 375 cabras sin necesidad de nuevas adquisiciones. Para entonces la venta de carne podría suponer al colectivo unos beneficios de 35.000 euros al año, a lo que habría que sumar unos 20.000 euros por la venta de estiércol.
Los tres machos adultos serán sustituidos cada cierto tiempo, en colaboración con explotaciones similares, para evitar que la endogamia acabe afectando a los nuevos ejemplares.
Tras recibir asesoramiento por parte de los técnicos del colectivo de ganaderos OVICA, la junta directiva de los comuneros de Meira visitaron distintas explotaciones ganaderas en Os Ancares u O Xurés, antes de decantarse por este camino.
La cría de cabras además ayudará y facilitará el trabajo de cuidado del monte comunal de la parroquia.
Trámites como los permisos para la construcción del necesario refugio retrasaron la puesta en marcha de este proyecto. Incluso fue necesario que el Concello aprobase una ligera modificación del grafiado del Plan Xeral de Ordenación Municipal (PXOM), pues Augas de Galicia impedía levantar el refugio por la presunta existencia de un arroyo de agua que se reflejaba en la planimetría oficial, pero que no existía sobre el terreno.
Hasta febrero del presente año no quedó corregido ese grafiado del PXOM.
Los permisos ante Patrimonio y Medio Rural también ralentizaron el proceso. Sobre todo al exigir a última hora un informe sobre los petroglifos de la zona de Casa dos Parentes.
Ahora el monte de Meira contiene una de las pocas explotaciones ganaderas de O Morrazo. Se trata de la más grande de Moaña, en donde un particular mantiene una nave en la que cría cabras en el monte de Broullón.
Vallado
La cuadrilla de los comuneros de Meira iniciaron en el mes de junio el vallado del perímetro en el que pastarán mayoritariamente las cabezas de ganado. El cierre de madera y alambre abarca una superficie con un perímetro de 2,5 kilómetros.
