Eduardo Castro, de 30 años, se encontraba desbrozando con su tractor una finca de un vecino y amigo suyo en Ardán, en Marín,cuando, de repente, empezó a sufrir el ataque de avispas velutinas de un nido que tocó al limpiar y que estaba escondido entre la maleza. Este vecino de Bueu, albañil de profesión, asegura que él no es alérgico o por lo menos no tenía constancia, al veneno de las avispas, pero en esta ocasión se encontró mal, con frío y temblores, y fue evacuado desde el Centro de Salud de Bueu hasta el Hospital Montecelo.

El suceso ocurrió el sábado por la mañana y ayer, ya desde su casa, reconocía que lo que sintió en el momento de las picaduras fue un dolor muy grande. Recibió al menos seis picaduras en la cabeza, encima de la oreja, y una en la mano: "La diferencia con respecto a las otras avispas es que el pinchazo no te hincha, pero duele muchísimo". En principio sólo sentía dolor.

Su primera reacción fue bajar de inmediato del tractor y abandonar la finca a toda prisa. En ese momento ya se cruzó a su amigo entrando en la parcela y ambos se fueron al centro de salud porque dice que, en dos minutos, empezó a sentir mareos. Cuando llegó al centro de salud asegura que tenía frío y temblores, de ahí que los médicos del servicio decidieron su traslado al Hospital Montecelo, en Pontevedra. Eduardo Castro llegó al hospital a alrededor de las 13.00 horas y permaneció en urgencias hasta las 21.00. En el centro médico fue tratado con por vía intravenosa con medicación para un shock anafiláctico y reacciones de hipersensibilidad inmediata que pusieran en peligro su vida y con antiestamínicos para cortar una posible reacción alérgica. Poco a poco se fue estabilizando hasta su total recuperación.

Hay que recordar que a medidos de julio falleció un vecino de Vigo, de la parroquia de Candeán, tras ser atacado por avispas velutinas cuando desbrozaba una finca de su propiedad. El hombre pereció de forma inminente se supone que por una parada cardíaca o respiratoria a causa de un proceso alérgico al veneno de este insecto. También a medios de julio, un vecino de Moaña tuvo que ser atendido en el centro de Salud por varias picaduras de avispa velutina cuando cortaba un rama de un frutal en una finca tras un edificio de la céntrica calle Ramón Cabanillas.

Los médicos aseguran que el veneno de la velutina no es diferente al de las otras avispas convencionales en Galicia, pero al ser más grandes inyectan más cantidad en la sangre, por eso que varias picaduras pueden poner en peligro la vida de una persona.