El Concello de Bueu está estudiando fórmulas para la adquisición de la mítica Sala Paraíso, ubicada en la calle Ramón Bares, y que cerró sus puertas al público en el año 2006. Según ha podido saber FARO el gobierno local lleva varios meses trabajando en una idea que en las últimas semanas ha comenzado a cobrar forma, de manera que incluso ha habido ya un primer contacto de modo informal con los propietarios del inmueble y de la parcela anexa para conocer su disponibilidad a la venta.
Aunque todavía es muy pronto para poder hablar de plazos, lo cierto es que el gobierno de Félix Juncal ha puesto en marcha un plan que permitiría no solamente disponer de un local amplio y con enormes posibilidades en pleno casco urbano del municipio, sino también recuperar un elemento simbólico para varias generaciones de buenenses y que forma parte de la historia reciente de Bueu. La propiedad cuenta con aproximadamente 1.100 metros cuadrados de superficie, de los cuales unos 500 corresponden a la edificación cubierta, y los 600 restantes a una parcela anexa.
El proceso se antoja complejo pero los rectores buenenses ya están manos a la obra para encauzar toda la tramitación legal y, sobre todo, para obtener la financiación necesaria para acometer este proyecto, que promete ser uno de los más ambiciosos desde la llegada a la Alcaldía de Félix Juncal. Falta por conocer la utilidad que el gobierno buenense le daría a la parcela, pero todo apunta a que los usos serían eminentemente culturales, intentando que el lugar recupere ese lugar referencial que tuvo en la cultura del municipio durante varias décadas.
La discoteca Paraíso vio la luz en su actual emplazamiento en 1947, si bien sus orígenes se remontan al denominado Baile do Piringallo, que se desarrollaba en la zona de A Graña. En la década de los 30 se trasladó a Ramón Bares, aunque inicialmente a una terraza al aire libre que disponía de un palco. Ya en el inmueble actual la sala de fiestas fue adquiriendo de forma progresiva mayor relevancia, hasta convertirse en uno de los iconos populares de la comarca. Por ella desfilaron figuras de la fama de Manolo Escobar, Albano o incluso Julio Iglesias, todos ellos en unos años 70 que fueron los dorados en la historia de la sala Paraíso.
Su último gran concierto fue en 2003, con Manu Chao como protagonista de una actuación secreta pero que acabó reuniendo a un millar de personas. El líder de Mano Negra estuvo acompañado por Fermín Muguruza (cantante de Kortatu) y su recital se repetiría al día siguiente.
