| Que un poste de la luz viejo y roto por la parte inferior sostenga semejante lío de cables es uno de los milagros de Darbo. Esta auténtica curiosidad se puede ver en esta parroquia de Cangas y va camino de convertirse en polo de atracción turística para los amantes de esas cosas imposibles que no logramos entender pero ocurren. Hay, claro están, quien a esto muchos llaman suerte. De otra forma no entienden como todo este tinglado de cables no cayó hace tiempo al suelo. Como se puede comprobar en las fotografías, el poste es de lo que ya no quedan por ahí. Los vecinos tienen miedo a que un día todo este caiga y no solo se queden sin suministro eléctrico, sino que se arme una buena, porque algo de peligro si que hay. El poste de madera ya hizo su función. Ahora ya puede jubilarse y ser remplazado por uno de cemento.