Nacido en Setúbal (1984), este director portugués expuso ayer en el FIC sus cortos El Lago, Luminita y Yulya. A pesar de su juventud, es un cineasta reconocido internacionalmente en festivales como el de Berlín o el de Venecia.

-¿Cómo es su trabajo como director?

-Lo principal en el cine es trabajar directamente con los actores y denunciar socialmente situaciones injustas que pasan en el mundo. Suelo centrarme en descubrir las relaciones humanas.

-¿Qué consigue trabajando de ese modo?

-Lo que intento es abrir la mentalidad de las personas. Busco perspectivas para llegar a mostrar nuevas ideas al mundo mediante el cine. Las personas que ven mis filmes salen siempre siendo diferentes.

-¿Cómo cree que el cine les ayuda a enfocar el mundo?

-La mentalidad abierta del cine es algo muy necesario para comprender bien el mundo. Es algo que ayuda a aceptar que hay rostros diferentes, sexualidades diferentes o opciones políticas que cambian. Es importante que, de alguna forma, nos escuchemos los unos a los otros.

-¿El corto es una herramienta poderosa para llegar a la gente?

- A pesar de que un largometraje es mejor para transmitir ideas, los cortos tienen de bueno que tienes que ser práctico y directo con lo que quieres contar.

-¿Sobre qué temas tratan los suyos?

-He estado, por ejemplo, investigando mucho acercar del tráfico humano de personas.